Con toda probabilidad, el abuelo Juan Carlos preferiría que Victoria estuviese libre de tinta, pero ella ha tomado otro camino. Federica es una amante de la moda, el diseño y las firmas de lujo. Le gustan los bolsos, las joyas, los cinturones y las gafas de sol con formas imposibles. Entre 'photocalls' y complementos explota su faceta como 'influencer', donde también ha incluido unos cuantos 'tatoos'.
Hasta la mismísima María Pombo tiene un tatuaje a su cuerpo. Es discreto, pero ahí está, en su brazo. Jamás pensó que una aguja atravesaría su piel con el único objetivo de plasmar un dibujo, pero la moda venció al miedo y también al prejuicio. Los tatuajes ya no son para malotas, también el 'clero instagramer' se atreve con la tinta.
Y Vic no iba a ser menos. La joven luce hasta seis tatuajes. Todos finos y sutiles. Uno de ellos son tres puntos que simbolizan su unión con Froilán, doña Elena y papá Marichalar. Ahora, en su brazo, puede contemplarse otra figura: la cabeza de un caballo.
Victoria Federica
Que Vic adora el mundo equino tampoco es novedad. Monta desde niña y el propio Juan Carlos le regaló un caballo años atrás. También su madre, la infanta, es una gran aficionada a este deporte. En este momento, tal y como explicó Federica en su charla con Vicky Martín Berrocal, no está demasiado involucrada con la hípica. Quizás se anime a retomarla a raíz de su nuevo tatuaje.
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