Es de suponer que la requete mencionada gala del Metropolitan consiste en un cóctel de pie a lo informal y no en una cena de las de cuchillo y tenedor porque sino, me temo que Bee Schaffer, la niña de los ojos de la editora más perversa de entre las perversas, Anna Wintour, tuvo serios problemas para sentarse a la mesa el pasado lunes.
La verdad es que el gown que llevaba era espectacular, firmado por Nina Ricci , o lo que es lo mismo, Olivier Theyskens, y de un volumen descomunal, no pasó desapercibido para nadie.
El caso es que fue el centro de todas las miradas, y no por su aparatosidad, que también, sino porque el vestido en cuestión, tintado tie dye en tonos morados y púrpura y con incrustaciones de pedrería en forma de enredadera alrededor del torso y cayendo delicadamente sobre el faldón, es ni más ni menos que una maravilla de la naturaleza.
Vale, se nota que siento especial debilidad por las lánguidas ninfas en las que se inspira el que fuera el diseñador más gótico del panorama internacional, mi querido y admirado Olivier.
Y a vosotros, ¿qué os parece?
Vía | Fabsugar
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ev1ta
Me gusta más cómo iba su madre. ¡Su Chanel sí que era una pasada! El vestido de su hija es más un sueño de niña de clase media-baja que un acierto en una gala de estas dimensiones.
Laia Cenea
Hola Ev1ta, como digo en el post, siento especial predilección por todo lo que hace Olivier Theyskens, me parece que tiene una sensibilidad especial y diferente, una visión del mundo y una percepción de la moda que van mucho más allá de la ropa, a ver, el vestido es quizás demasiado, estoy de acuerdo, nada práctico y como que excesivamente ostentoso, pero es una maravilla de traje, una obra de artesanía. No sé yo si me lo pondría pero me encanta verlo puesto. Sobre su madre…aiiii, para gustos colores pero a mí personalmente me gustaba menos que nada. Gracias por comentar! un beso!
eric.t.arau
la mejor de la noche! la mejor!
Laia Cenea
Celebro que te guste, ya somos dos. un beso!
JaVs!
Me parece una pasada! Eso sí, casi tan poco ponible como los trajes de Lo que el viento se llevó. Digamos que no es para ir a comprar al mercado ni para viajar en Metro.
Laia Cenea
Jajaja, pues sí, es bastante tipo Scarlett, por eso me debe gustar tanto, me fascinaban esos vestidos imposibles, desde que luego que es para muy poquita cosa, yo creo que hasta debió cambiarse allí porqué por mucho que fuera en limusina, esa tela se arruga una barbaridad. un beso!