Repasando la Alfombra Roja de las últimas semanas una tendencia se impone fuerte entre las famosas: los vestidos de encaje negro, que insinúan sin terminar de mostrar. Hace años, era hablar de vestir elegante de noche y todo eran vestidos de encaje negro, pero llevábamos ya unos cuantos años sin ver nada parecido. Y este año, supongo que de mano de la siempre marca-tendencias Miucca Prada (en su colección para el próximo otoño/invierno 2008/2009), parece que esta moda coge fuerza.
Gwyneth Paltrow, en su gira de promoción de la película Iron Man, ha lucido dos modelos de este estilo: ultra corto y con blazer y maxi tacón y en otro modelo con escote halter y luciendo pierna igualmente. Mischa Barton también ha jugado al juego de enseño-no enseño que permite el encaje con un vestido que añade otra de las grandes tendencias de los últimos tiempos: las plumas.
Eva Herzigova estaba espectacular en Cannes con un vestido largo de Dior que se componía prácticamente de un bañador negro y una envoltura de tul transparente con encaje. Remataba el escote con un enorme collar. Muy sexy, pero Eva se lo puede permitir. La habitualmente muy recatada Liv Tyler también se apunta a esta nueva tendencia con un minivestido de satén negro, profundo escote en V con detalle de encaje, unos Louboutin y unos sensuales labios en rojo pasión. Con este modelito inaugura nuevo estado sentimental: recién separada con ganas de impresionar.
Pero esta tendencia tiene su contraindicación, su lado oscuro, en este caso, su lado demasiado claro. El encaje en tonos cremas, blancos, y beises puede causar deslumbramientos, desprendimientos de retina, y en los casos más graves, ceguera temporal. Véase el ejemplo de Victoria Beckham y Tilda Swinton en la reciente gala del Costume Institute.
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