Desde el pasado miércoles, día grande para Felipe VI, la infanta tiene el morro torcido. No le parecieron correctas ciertas decisiones que tomó su hermano y, al parecer, se lo ha hecho saber. La madre de Victoria Federica está disgustada, y está vez no es por culpa de las juergas que se corren sus hijos los fines de semana.
Aguantó los titulares que señalaban a Froilán como 'el fiestero de España', aceptó la decisión de convertirse en 'influencer' que tomó Victoria y hasta se vio obligada a alejarse de Zarzuela por ordenes de arriba. Doña Elena ha soportado disgustos y amarguras, pero el último gesto del monarca con Juan Carlos y doña Sofía ha podido con su paciencia.
Tal y como explican desde Monarquía Confidencial, a la infanta no le gustó un pelo que Felipe no invitase a su padre, Juan Carlos I, a su décimo aniversario como rey. Considera que la fecha era lo suficientemente relevante como para que el emérito hubiera estado presente. Desde Zarzuela, en cambio, creyeron lo contrario.
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Aunque Juan Carlos mostró su intención de acercarse hasta Madrid, en palacio le cerraron las puertas. Prefieren mantener distancias por el bien de la princesa Leonor. De ningún modo permitirán que un nuevo escándalo pueda tirar por tierra la imagen de una heredera que, por suerte, cae bien al pueblo español.
Doña Sofía tampoco estuvo presente en los actos celebrados el pasado miércoles, algo que tampoco gustó a doña Elena: "La infanta considera que los reyes eméritos debían haber acompañado a su hijo en un día tan especial y señalado", aseguran fuentes al citado medio.
Fotos | Casa Real de España / 'Y Ahora Sonsoles'
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