Anoche se dispararon flashes por doquier en 'El Hormiguero' para recibir el arte y poderío de la gran Esther Cañadas. La supermodelo se abrió como nunca y desveló las penurias a las que tuvo enfrentarse en sus inicios en la moda, que en su mayoría ocurrieron en sus continuos viajes: "Muchas veces he acabado en un hostal. Cuando acababa ahí, era un poquito bajón. No por nada, sino porque empecé en un hostal de gente de la construcción, en el que compartías baño y todo. Te alquilaban una habitación y podía ser compartida. Yo he tenido suerte, la mayoría de las veces estaba sola", relataba.
La top model, quien entendía que era "parte del proceso" para que su carrera despegara, vivió momentos en los que pensó en tirar la toalla: "Cuando pasaban dos o tres años y acababas en el mismo hostal decías 'ostras, algo está fallando aquí porque acabo en el mismo sitio'", admite. Sin embargo, el peor revés de Cañadas se originó cuando se mudó a vivir a Portugal:
"Mis compañeras de piso, cuando regresé, habían decidido que se habían ido. Llegué y no tenía casa, no tenía nada, confesaba la albacetense , mencionando a que la fatídica escena ocurrió en Navidad: "Acabé otra vez en el hostal sin ropa, sin casa y sin nada".
El dinero también fue un problema de peso para Esther: "Era satisfactorio porque sí iba consiguiendo pasos, pero no lo suficientemente bien remunerados, por decirlo así. Sí trabajaba en cosas pequeñas, pero no te llega para la supervivencia", aseguraba la empresaria, apuntado que estuvo así entre cuatro y cinco años hasta que vio la luz al final del túnel.
Foto | Antena 3
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