Dormir con las sábanas limpias es un básico del buen sueño y es que, aunque puedan parecer limpias a simple vista, la realidad es que acumulan células muertas; ácaros de polvo y bacterias... Es por ello que es de vital importancia airear bien la cama en los días que no toca cambio de sábanas, ventilando la humedad que se acumula durante las horas de sueño. Además, los expertos dicen que lo ideal es cambiar las sábanas una vez a la semana, especialmente en los meses de más calor por al sudor.
Ahora bien, no basta solo con lavarlas, también hay que saber cómo hacerlo porque no vale cualquier ciclo... Para empezar, del corto nos olvidamos, por mucha prisa que tengamos. Lo recomendado es optar por programas de lavado a altas temperaturas.
En concreto, se recomienda que las sábanas sucias se laven a una temperatura superior a los 60 grados. De esta forma se logrará acabar con los gérmenes, bacterias y ácaros que haya en la tela.
Además, también es importante la carga del tambor porque debemos reducir el número de prendas que metemos en la lavadora junto con las sábanas. Si se sobrecarga, el ciclo de lavado puede dificultar la limpieza y que no se acabe haciendo bien.
Pavol Tančibok
Por supuesto, hay que tener presente que con lo de "lavar las sábanas" nos estamos refiriendo a todos los elementos de la ropa de cama: las almohadas, la funda del colchón y cojines, las mantas y los edredones. Que muchas veces se nos olvida y lo dejamos solo para cuando llega el momento del cambio de armario.
Foto de portada | Greg Rivers
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