Solemos asociar las legumbres a los guisos de cuchara y a los días de frío. No obstante, cuando llega el calor, las podemos seguir incorporando a nuestros menús de distintas formas. Un buen ejemplo es esta clásica ensalada de garbanzos con tomate y ventresca de atún. Aunque hoy vamos a indagar en otra buena manera de hacerlo con esta receta de garbanzos a la vinagreta. Un plato completo que es una alternativa refrescante al cuchareo y una forma más ligera de comer legumbres. En esta ocasión la legumbre escogida ha sido el garbanzo, pero se puede hacer igualmente con lentejas, alubias, habas o una mezcla.
En primer lugar, remojamos los garbanzos en un recipiente con abundante agua durante un mínimo de ocho horas (así que lo ideal es ponerlos la noche anterior). A la mañana siguiente, llenamos una olla con abundante agua; la hoja de laurel; la mitad de la cebolla y un hueso de jamón (aunque esto es opcional).
Cuando el agua empiece a hervir, añadimos los garbanzos (escurridos y lavados). Dejamos cocer a fuego suave y vamos retirando las impurezas y la espuma que generan, hasta que estén tiernos. El tiempo que tarde dependerá del tipo de garbanzo y de lo viejo que sea.
Mientras tanto, preparamos la vinagreta. Cocemos el huevo durante 12 minutos en un cacito con abundante agua, lo refrescamos y lo pelamos.** Retiramos la yema y la chafamos en un bol** junto con el aceite y el vinagre.
Después, picamos finamente la otra mitad de la cebolla; el tomate; el diente de ajo y las hojas de perejil. Lo echamos todo al bol junto con las alcaparras y un poco de sal y pimienta negra molida. Mezclamos con los garbanzos cocidos y servimos con la clara de huevo picada/rallada por encima, una pizca de pimienta negra más y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.
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