Así deberías empezar el día después de los 40: cuatro rutinas imprescindibles

Que el deporte es fundamental para mantenernos en forma y frenar los efectos del envejecimiento es algo que todos tenemos claro. Sin embargo, más allá de cuidar la alimentación, existen otras rutinas que también deberíamos incorporar en nuestro día a día si queremos mejorar nuestro bienestar y ganar calidad de vida. Aunque cada uno hace deporte cuando puede, lo cierto es que son numerosos los estudios que señalan que hacer ejercicio  a primera hora es de lo más positivo. 

Estudios como este, publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, señala que la actividad física matutina entre las 8h y las 11h se asocia a un menor riesgo de cardiopatía e ictus, mientras que esta investigación recogida el Journal of Diabetes Science and Technology explica que hacer ejercicio por la mañana puede reducir el riesgo de hipoglucemia o niveles bajos de azúcar en sangre. 

Las rutinas no negociables que deberíamos hacer por la mañana según una experta en el cerebro

Más allá de hacer ejercicio antes de ir a trabajar (reconozco que siempre me ha fascinado la capacidad de mucha gente de salir a correr a las 6 de la mañana en pleno invierno, o de ir a nadar o al gimnasio antes de ir a la oficina), hay otras rutinas que también podrían ayudarnos a mejorar nuestro bienestar y nuestro cerebro. 

En una entrevista realizada a CNBC Make It en el marco del Festival de Innovación Fast Company de Nueva York,  Jamie Wood, directora ejecutiva de Autonomic, una plataforma de bienestar cerebral que ella mismo fundó, dio varias claves que todos deberíamos hacer por la mañana para mejorar nuestra salud y nuestra calidad de vida. Estos consejos son especialmente interesantes, ya que Autonomic es una plataforma de bienestar cerebral que analiza el comportamiento de las personas y ayuda a desarrollar nuevos hábitos para reducir el estrés, mejorar la energía, la concentración, el estado de ánimo y el sueño.

Jamie Wood tiene 43 años, y comenzó a ascender en el mundo corporativo desde muy jovencita. Su familia trabajaba en finanzas y ella siguió su camino al principio. Pero tras varios años de trabajo, esta directiva vivió un desgaste terrible cuando rozaba la treintena. Ese agotamiento físico y mental a causa de su carrera profesional le despertó el interés por el funcionamiento del cerebro, y la aspiración por cambiar de vida. Y fue cuando fundó su compañía especializada en el estudio del cerebro.  

A raíz del trabajo en esta plataforma y colaborar con expertos en neurociencia, Wood ha aprendido a generar unos hábitos que permiten tener un funcionamiento cognitivo óptimo. 

No mirar el teléfono a primera hora de la mañana

En primer consejo que Wood da es evita mirar el teléfono móvil durante los primeros 30 minutos del día. En la CNBC, la experta señalaba que "Tus primeras actividades de la mañana pueden afectar considerablemente tu capacidad para concentrarte, mantenerte motivado y pensar con claridad durante el resto del día".

Según Wood, la corteza prefrontal (es decir, la parte del cerebro que nos ayuda a concentrarnos y tomar decisiones), se ve muy influenciada por lo que hacemos y experimentamos poco después de despertarnos. 

De hecho, hay estudios que  demuestran que, al mirar una pantalla, la capacidad de atención de las personas disminuyó de un promedio de dos minutos y medio en 2004 a un promedio de 47 segundos en 2016. Por eso, Wood pasa los primeros 30 minutos del día cepillándose los dientes, duchándose y vistiéndose, antes de coger un dispositivo móvil.

Bebe una taza de agua tibia con una pizca de sal

El segundo hábito que hace cada mañana esta directiva es poner a hervir una tetera y tomar una taza de agua tibia con una pizca de sal, una rodaja de limón, de  naranja o un poco de miel. Según Wood, mantenerse hidratado mejora la calidad del sueño y la función cognitiva, además de mejorar los tiempos de respuesta  después de una deshidratación nocturna.

Tomar el sol a primer hora de la mañana

Cada mañana, la experta sale a la calle. En la entrevista en el medio estadounidense, explica que "exponer los ojos a la luz exterior entre 30 y 60 minutos después de despertarse, incluso en días nublados, ajusta correctamente el reloj interno del cerebro, el ritmo circadiano". 

En los días que hace mucho frío, Wood recomienda sentarse junto a una ventana abierta orientada al este poco después de despertarse. Con esta rutina, estamos estimulando al cuerpo y contribuimos a "tener más energía, pensar con mayor agudeza y dormir mejor”. En caso de que no podamos salir a primera hora de la mañana, recomienda salir a la calle entre las 10 y las 2 de la tarde. 

Moverse y hacer algún ejercicio

Aunque sea solo unos minutos, esta experta recomienda realizar algún tipo de actividad física, desde paseos a flexiones o estiramientos. "Si hace buen tiempo, doy una vuelta a la manzana", explica Wood. Y "si no hace buen tiempo fuera, hago movimientos suaves dentro de casa". Esto pueden ser paseos, flexiones o estiramientos.

Hay que tener en cuenta que tal y como afirma la experta, “el ejercicio matutino libera dopamina y noradrenalina, las sustancias químicas del cerebro que contribuyen a la concentración y la motivación". De esta forma, "se mejora el estado de ánimo, se agudiza la concentración y se mejora la atención, la memoria, la flexibilidad cognitiva y el aprendizaje durante horas después".

Según Wood, con estos hábitos que realiza cada mañana preparar su cerebro para afrontar el día. Y además, señala que "Los efectos que he notado son significativos".

Fotografías | Freepik, Autonomic, DC Stonic, Freepik

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