Recuerdo perfectamente el momento en que recibí mi primer sueldo. Vendía líneas RDSI por teléfono, como teleoperadora, y nunca me plantee si estaba cobrando bien o mal. ¿Estaba la empresa que me contrató pagándome de forma justa y lo que me correspondía?
Sin saberlo, esa nómina que recibes mes a mes refleja más de lo que crees. No son solo cifras que se suman y restan, la nómina es el documento con el que podemos saber si eso que nos pagan es lo que merecemos por ley, o no. Para averiguarlo tenemos a Juan Manuel Lorente, abogado laboralista que en su cuenta de Instagram divulga diferentes trucos y consejos de trabajo. Ha sido él quién nos ha contado cuáles son esos tres datos que siempre deberíamos revisar en nuestro nómina, para evitar que nos paguen de menos.
La antigüedad de la nómina
El primero de los trucos es mirar tu antigüedad en la nómina, un dato que suele aparecer en la parte superior de la misma. Juanma asegura que esta fecha debe ser la misma en la que entraste en la empresa. Si firmaste el contrato el 21 de mayo de 2023, en la antigüedad debe salir esta fecha. Es más, la fecha de antigüedad que aparece en tu nómina debe ser la del primer contrato que suscribiste con esa empresa. Es decir, si primero tuviste un contrato temporal que luego pasó a indefinido, aunque luego firmaras de nuevo, la fecha que debe aparecer es la del primer contrato. “Si no han pasado más de tres meses entre contrato y contrato, no pierdes tu antigüedad”, como explicaba el experto recientemente.
Un dato extra: cuanta más antigüedad tengas en la empresa, más indemnización tendrás si te despiden, como explica Juanma. Y además hay algunos convenios que incluyen un plus de antigüedad, por lo que cuanto más tiempo pases en la empresa, más cobrarás. Es importante tener cuidado con algo. Para evitar esa antigüedad, algunos grupos empresariales con varias empresas, cambian los contratos a diferentes empresas aunque tú siempre realices el mismo trabajo. Así, pretenden saltarse la norma que te comentábamos antes e ir reduciendo la antigüedad. Sin embargo en estos casos y como explica el abogado, la fecha que debe aparecer es la del primer contrato que hiciste con esa primera empresa del grupo, no la última.
La categoría de tu nómina
El segundo de los datos a mirar es el de tu categoría, que también suele aparecer en la parte superior de la nómina, y que hace referencia a tus funciones como trabajar o trabajadora. Tal y como explica Juanma, existe la posibilidad de que tu empresa te esté pagando por una categoría inferior a la que te pertenece. Por ejemplo, oficiales de primera cobrando como peones a pesar de que su trabajo pertenece a una categoría superior. O auxiliar administrativo cuando tus tareas son de administración y sin auxiliar a nadie.
Si tu categoría no coincide con tu trabajo, el experto asegura que no solo debes decírselo a la misma y demandar para que te pague a partir de ese momento en la categoría que te corresponda, sino que también puedes reclamar la diferencia que ha habido en el último año en el que has estado cobrando por una categoría inferior a la que realmente tienes.
¿Salario neto o bruto?
El último dato en el que deberías fijarte es el concepto de salario que aparece en la nómina, ya que no es lo mismo el salario líquido (neto) que el salario bruto. El primero siempre será menor que el segundo. Como explica Juanma, “en los convenios colectivos y las tablas salariales que rigen lo que tiene que ganar cada persona, lo que se recoge es el salario bruto y no el salario líquido". El salario bruto es la suma de todos los importes que se pagan al trabajador antes de aplicar las retenciones y cotizaciones obligatorias, y aparece en la parte denominada “Devengos”, desglosada en diferentes conceptos como salario base, mejoras, complementos…
Además, el artículo 31 del estatuto de los trabajadores establece que el trabajador tendrá derecho a dos gratificaciones extraordinarias al año que pueden prorratearse en cada nómina. Es decir, puedes cobrar 14 pagas o 12 y que esos dos extras los percibas dentro de la nómina mensual.
El salario líquido o neto, es la cantidad exacta de dinero que recibe el trabajador por sus servicios, tras descontar las cotizaciones a la Seguridad Social y los impuestos, es decir, lo que te ingresan en la cuenta del banco. En una nómina, las retenciones y cotizaciones aparecen en la parte denominada “Deducciones” y se dividen en aportaciones a la Seguridad Social -que será una retención del 6,4% sobre el sueldo bruto si eres temporal y 6,35% si tu contrato es indefinido- y el IRPF (Impuesto de la Renta de las Personas Físicas), un impuesto progresivo de entre un 2% y un 46% dependiendo de lo que cobras. A más salario en bruto, más IRPF.
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