Vacaciones, relax, sol, arena…estos días del año siempre consiguen que descansemos y renovemos pilas para lo que nos queda de año, por ello tampoco es recomendable bajar la guardia y llegar a casa con unos kilos de más ¿verdad?. Hay que poner especial atención a la hora de comer fuera de casa, esas cañas y pinchos antes de ocupar mesa y de todo el picoteo diario que practicamos estando encima de una toalla.
Lo importante es seguir comiendo sano, disfrutar de nuestras vacaciones y cuidarnos cómo hacemos el resto del año. Las frases ¡por un día no pasa nada!, ¡un caprichito de vez en cuando! y ¡en septiembre me cuidaré! ya no nos valen arrebatadoras, dentro de unos meses nos costaría mucho esfuerzo quitarnos ese sobrepeso cogido tan rápidamente y en general todo nuestro organismo se resiente.
Comer fuera de casa, elige bien y con cabeza, nunca con la vista.
Carnes. Están permitidas pero elígelas con poca materia grasa y a ser posible sin salsas ni rebozados. Pollo, conejo y pavo pueden mezclarse en multitud de ensaladas, sólo hacen falta que estén preparadas a la plancha y la carne cortada en finos trozos.
Pescados. ¡Que ricos! y que saludables son, pero deben ser preparados también sin salsas ni rebozados. Los que se preparan al horno en su propio jugo tienen muy pocas calorías, el besugo queda genial hecho al punto sólo con un poquito de limón.
Postres. Aquí todas esas frases de arriba las decimos muy a menudo. De nada te servirá cuidarte en los platos principales si después te metes entre pecho y espalda una gran copa de helado con nata y sirope de chocolate. La fruta es, sin duda, nuestra mejor opción. A ser posible fruta de temporada, cerezas, sandía y albaricoques te harán hacer una digestión mucho más ligera y sin tantas calorías acumuladas en tu organismo.
Bebidas. Agua, agua y agua, aunque los zumos naturales también pueden ser muy refrescantes. Hace calor pero te aseguro que tomar continuamente bebidas con gas y cervecitas frías no te quitarán la sensación de sed. El agua fresquita te ayuda a sobrellevar el calor, te hidrata por dentro y lo notarás tú y el color y aspecto de tu piel.
Picoteo. Los frutos secos (cacahuetes, pipas, pistachos, almendras) y todas las bolsas de snacks son muy calóricas y lo que es peor ¡suelen crear adicción!. Llevarse fruta a la playa y renunciar en la barra del bar a ello será la única solución. Si aún así quieres un poquito de picoteo apuesta siempre por los frutos secos y en poquita cantidad.
En verano hay que cambiar en parte el consejo de Más desayuno y menos cena y te voy a contar el porqué. Nuestro horarios se cambian por completo, nos levantamos tarde, comemos tarde, cenamos tarde y las noches duran tanto que solemos cenar dos veces y la segunda suele ser nefasta para nuestra dieta.
El desayuno puede ser cómo siempre recomendamos, con un poquito de todo para estar toda la mañana en forma pero sin embargo la comida debe ser lo más ligera posible. La siesta pocas veces nos la saltamos y si la practicamos con 800 calorías en el estómago tendremos todas las papeletas para que nos toque la lotería de los kilos de más. A la hora de la cena siempre comemos menos pero no nos damos cuenta de que seguramente trasnochemos y que en tres o cuatro horas estemos bailando sin parar.
¿Y que está abierto para comer a las 4 de la madrugada?, pues seguramente nos cueste mucho encontrar algo que no sean bocadillos, hamburguesas o perritos calientes. Si a esto añadimos que hemos bebido alcohol ¡estamos perdidas!. Es preferible cenar más en casa o fuera y llevar en el bolso alguna barrita de esas que nos aporten energía sin tener que tener el estómago lleno de lo primero que te encuentres.
Todos los veranos hay mil historias que contar, seguramente la tuya sea digna de estar en nuestros comentarios. ¿Cómo te cuidas en verano? o lo que sería peor ¿a qué no renuncias en verano gastronomicamente hablando?.
Imágenes | Kirstea, Hans Vink, SleEEpinGBeaUty
En Arrebatadora | Estuve a dieta, sin embargo siempre recupero el peso perdido