Gimnasia facial, la gran técnica para rejuvenecer y mantener tu rostro de manera óptima

Desde que oí por primera vez hablar de la gimnasia facial, creí en ella. Sí el ejercicio es bueno para mantener en forma el tono muscular, ¿no seria fantástico aplicarlo al rostro? Sí pensáis sobre ello os daréis cuenta de que, prácticamente siempre, movemos los mismos músculos y que nuestro rostro, sus arrugas, flacidez o falta de tono es la prolongación de nuestros gestos más habituales.

Y si trabajáramos y tonificáramos los 57 músculos que intervienen en el rostro, ¿no creéis que algo cambiaría en él? ¿No pensáis que sería óptimo para evitar el deterioro, aportar el tono y volumen que se pierde con el paso del tiempo y equilibrar o recuperar posibles imperfecciones o asimetrías? La gimnasia facial en nuestro país esta unida al nombre de María Garrigues Walker, pionera en esta disciplina con su método Walkernine... y como siempre busco todo aquello en lo que creo, he buscado a María.

María, la pionera

Tras vivir en Chicago, Bruselas, Londres, Suiza y estudiar el método Callanetics (corporal), y el de Carole Maggio y Eva Fraser para el rostro, María llegó a España hace 12 años y creó su propio método, Walkernine. En él aplica todos los conocimientos adquiridos en Europa y Estados Unidos, y los combina con técnicas orientales.

María, que había pertenecido al mundo de las letras y la filosofía se vio envuelta, por sus propias experiencias, en un nueva disciplina en la que supo conjugar un gran número de corrientes. Cree firmemente en la conexión neuronal con la musculatura facial y las implicaciones psicológicas que ello conlleva. Actualmente está en contacto con Harvard y eminentes neurólogos colaborando y estudiando sobre la relación entre el sistema muscular facial y el sistema nervioso.

Unas premisas

La primera pauta que da María es que esta técnica no ha de ser algo que se practique de manera mecánica; la base de la eficacia de la gimnasia facial es "el sentir". Define la clave de este proceso como "no obligación y sí devoción". La parte más importante de esta disciplina es que el que recibe el beneficio es parte activa en los ejercicios encaminados la rehabilitar (recuperar) los 57 músculos del rostro, frente a otras técnicas de mejora facial, en las que el sujeto debe ponerse en manos de un tercero y confiar, siendo parte pasiva del proceso al que se somete.

Los beneficios

Aparte de la gran cantidad de beneficios físicos que aporta la gimnasia facial, Maria destaca los psíquicos: la serenidad y la atención al "momento presente" (a lo que estas haciendo) que se necesita para efectuar los ejercicios. Implica concentración, lo que constituye una gran fuente de relajación. Sólo se debe pensar en llevar a cabo los pasos y beneficios de manera consciente, se trata de una recuperación por el camino de la serenidad, lo que afecta muy positivamente a nivel neurológico.

En cuanto a los beneficios físicos, la finalidad es recuperar las facciones originales, exentas de tensión, ya que con esta técnica el gesto tenso se diluye. Activa la circulación y el riego sanguíneo, por lo que la piel adquiere un aspecto más sano. Tonifica la musculatura y aumenta el volumen (que se va perdiendo con la edad) al trabajar el músculo, lo fortalece y aporta una sensación de plenitud y armonía en las facciones. Favorece el drenaje, por lo que desintoxica la piel y proporciona un efecto que va más allá del físico y María ha comprobado que se produce en todas sus alumnas: aporta una gran seguridad, un efecto psicológico. Tras ejercitar la gimnasia facial se produce un cambio radical.

La fortaleza que adquiere la musculatura produce firmeza, tensa la piel y evitar la aparición de arrugas en los lugares críticos, como el cuello, la boca, contorno de ojos y frente. La gimnasia facial no tiene sólo una finalidad estética, sus beneficios médicos están comprobados, tanto para rehabilitación en caso de parálisis, accidentes o lesiones como en problemas como el bruxismo, siendo también de gran ayuda para complementar y ayudar a una cirugía estética o lifting.

Las clases y su contenido

El curso completo consta de seis clases en las que María estudia vuestras facciones, musculatura y coordinación, base de esta técnica. Una vez aprendidos el secreto del éxito es la práctica y la constancia, entonces todo mejorará en vuestro rostro y fortaleceréis las facciones. Cada clase consta de un tema específico.

Primera clase, conexión piel, músculo, hueso y ejercicios para los ojos.

Segunda clase, frente y pómulos.

Tercera clase, boca.

Cuarta clase, cuello.

Quinta clase, se dificultan los ejercicios un grado más, y se aportan los específicos a cada alumno (ej. bruxismo). Es muy normal que la gente que acude a estas clases pregunte a María por sus imperfecciones (generalmente nos tenemos estudiadas y conocemos hasta nuestros pequeños defectos). Ella nunca os dirá cuales son para no generar nerviosismo (lo que se pretende es serenidad), pero en caso de existir averiguará de que parte proviene (no siempre el resultado es de donde pensamos) y lo solucionará desde su raíz.

Sexta clase, conecta todo lo anterior con pautas alimentarias. Además nos enseña a practicar una relajación profunda con reconexión, de la que sus alumnas dicen salir flotando. Testa los órganos para averiguar posibles inflamaciones... una clase en la que aúna mente y cuerpo.

Mi experiencia

Después de asistir a la primera clase, mi experiencia es que durante ella he sido consciente de la existencia y presencia de músculos faciales que no había contemplado nunca y sobre los que creía no tener control, experimentando que puedo ejercitarlos. He controlado cada movimiento, me ha aportado una gran serenidad y sentimiento consciente de cada paso individual. He trabajado con la coordinación (a mi siempre me ha costado mucho) y con la energia de los músculos, observando que tenia desequilibrio de fuerza entre ellos, algo que de no ser por esta clase nunca hubiese observado (de ahí parten la mayoría de las asimetrías que tenemos en el rostro).

Al trabajar con la coordinación Maria me ha hecho ejercitar más los músculos en los que yo sentía menos fuerza para equilibrar y buscar la simetría. Puedo calificarlo como una gran experiencia. Nunca se utiliza la fuerza física, si la serenidad, la concentración y el sentimiento hacia el músculo. Hay que sentir cada ejercicio, se debe tener conciencia interior, se trata de una fuerza por concentración. El único instrumento de ayuda son nuestras propias manos, atendiendo siempre a no desplazar la piel, puesto que se trabaja a nivel profundo (muscular) y no de piel (cuestión que nos enseña en la primera clase). La coordinación es muy importante, puesto que con la edad perdemos capacidad para ejercitarla. Esto favorece además a nivel intelectual dado que nos hace desarrollar la atención.

Fórmulas para llevar a cabo las clases y continuidad

María ofrece dos alternativas encaminadas a satisfacer las posibilidades y necesidades de cada uno. Las clases personalizadas e individuales que podréis distribuir como vosotras queráis tienen una hora de duración. El precio por clase es 80 euros, en cada clase estudiaréis detenidamente vuestro rostro, corrigiendo si es necesario, resaltando todo aquello que potencie vuestra belleza o rebajando las las asimetrías o imperfecciones. Se trata de una inversión, de un curso que os servirá para siempre, en el que aprenderéis a cuidaros de manera personalizada.

Sí organizáis un grupo, acepta la posibilidad de impartir cursos intensivos a un precio acordado mucho más reducido, 150 euros por persona y curso completo, pero debéis saber que el tiempo de la clase se comparte con vuestras compañeras. Se trataría de grupos como mínimo de 5 personas y el curso se dividiria en 2 días, tres horas cada uno.

Una vez aprendido se debe practicar todos los días, al principio podéis tardar un ratito, pero una vez incorporados a la rutina tardaréis 10 a 15 minutos. Una vez finalizado el curso y tras haberlo practicado solas, al cabo de dos meses se recomienda una visita de mantenimiento. Se trata de una revisión para chequear que todos los ejercicios se están prcticando de manera correcta y no se han adquirido vicios, puesto que al dejar de acudir a clase y con el tiempo, por comodidad o despiste se puede no estar practicando correctamente algún detalle.

Siempre he estado muy interesada en esta gran disciplina en la que creo por su evidencia. La gimnasia facial conseguirá que con unos mínimos minutos al día y algo de disciplina, aportéis lozanía al rostro, dilatando los efectos del paso del tiempo y potenciando al máximo vuestras facciones y belleza.

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