Recuerdo la primera vez que oí hablar de La Mer, hace ya un montón de años, "... una crema prodigiosa que regeneraba la piel, incluso cuando se habían sufrido quemaduras..." ¡Qué ganas tenía de probarla! Preguntaba en todas partes, en Londres, en Paris; pero aunque ya había
salido en Estados Unidos no acababa de llegar a Europa... hasta que en 1999 apareció en nuestro país, ¡hace ya 14 años!
Compré mi primera Crème de La Mer, muy jovencita, entonces ya tenia gran curiosidad y creía firmemente en el poder de los buenos productos y la cosmética, así que me rendí a todas las propiedades que esta poseía, y recuerdo que la utilicé con gran ilusión. Me gustó muchísimo, aunque quizá resultaba algo densa para una piel tan joven como la que yo tenia a los "veintipocos". Con los años he aprendido a valorar más su textura untuosa y a comprender que a medida que cumplimos años, la mayoría de nosotras necesitamos, si no todos los días, si con gran frecuencia un baño regenerante y nutritivo de cremas extraordinarias y ricas como La Mer.
La nueva textura
Aun con todo lo anterior, desde el pasado septiembre esta a la venta The Moistuzing Soft Cream, la versión más ligera de la original Crème de La Mer. Por lo que hoy podemos disfrutar de dos texturas con la misma eficacia, siendo la ligera ideal para pieles más jóvenes o pieles grasas. La Mer desde sus comienzo se consolidó como un clásico, una crema altamente regeneradora que muchas mujeres tienen en casa bien como básica, como complementaria o como cura para su piel. Las propiedades de su fórmula son tan extensas que necesitaría un espacio solo para explicarlas, pero pensad que en principio abarca y cubre prácticamente todas, dada la riqueza y alta efectividad de sus componentes que aportan aminoácidos, oligoelementos y facilitan el drenaje y la eliminación de toxinas, aportando firmeza y equilibrio entre otros grandes beneficios.
Una mirada al comienzo
La legendaria Crème de la Mer es una historia de esperanza, perseverancia, ciencia minuciosa y los poderes restauradores del mar. Hace medio siglo, el Dr. Max Huber, un físico aeroespacial sufrió graves quemaduras en un terrible accidente en sus laboratorios y empezó una búsqueda personal para transformar el aspecto de su piel. Creía que el mar era un recurso milagroso y, en especial, las algas marinas dada su habilidad para auto-regenerarse, sus propiedades nutritivas, y el modo en que conservan la hidratación. El Dr. Huber cultivó sus propias algas que fermentó suavemente con los ingredientes más puros y simples, hasta que se convirtieron en el caldo milagroso, alma de la crema que renovó y regeneró el aspecto de su piel.
Además de las algas en sí (ingrediente clave), Huber utilizó minerales extraídos de algas frescas del Océano Pacífico y los combinó con otros ingredientes naturales como calcio, magnesio, potasio, hierro, lecitina, Vitaminas C, D, E, y B12 así como extractos cítricos, eucalipto, germen de trigo, alfalfa y girasol. Cuando las algas y las vitaminas se unen, producen micronutrientes que ayudan a cargar de energía a la piel.
Mónica Vinader
La diseñadora Mónica Vinader utiliza metales nobles y piedras naturales talladas a mano para crear joyas excepcionales, codiciadas por las celebrities de alto perfil de todo el mundo. Mónica Vinader elige piedras únicas y las presenta en anillos de cóctel, pulseras de la amistad de diferentes colores, pendientes largos en cascada y colgantes que se pueden combinar para personalizar una pieza... La marca tiene un gran seguimiento de celebrities y sus diseños han sido llevados por Cameron Díaz, Keira Knightley, Ivana Trump, Cheryl Cole, Elle MacPherson, Claudia Schiffer, Laura Vecino, Nieves Álvarez, Eugenia Silva, Paula Echevarría, Patricia Conde, Gala González y Manuela Vellés, incondicionales de la marca. Las Joyas de Mónica Vinader realmente destacan por su singularidad y belleza.
Una colaboración excepcional
Como homenaje a los productos de lujo artesanales, La Mer y la conocida diseñadora de joyas, Mónica Vinader, han colaborado para crear una espátula de plata de edición limitada que acompañe a la icónica hidratante Créme de la Mer. Inspirada en la última colección de Mónica Vinader, Siren, y la herencia marina de La Mer, la llamativa espátula de plata con efecto martele (muy característico de la diseñadora) tiene engastada en su parte superior una crisoprasa de un color natural azul verdoso pálido, que nos recuerda al color emblemático de la imagen de packaging de la crema. Esta exclusiva espátula se entrega en una bonita bolsa de tela junto a un frasco de La Mer, que resulta ideal para viajes.
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