Si tienes la piel grasa tienes suerte: es difícil que te salgan arrugas. Por lo menos, en mucho tiempo. ¡Alguna ventaja tiene tanto exceso de brillo! El problema es que las personas con piel grasa suelen cuidar su piel menos que las de piel normal o seca.
Al tener un buen grosor de piel gracias a una mayor presencia de lípidos, ese cojín mantiene la piel como si fuera un capa de 3-en-1: no chirría de sequedad por el engrasado contínuo. La piel no se agrieta, no sientes la necesidad de hidratante puesto que no hay sensación de tirantez. Resultado negativo: deshidratación.
Aunque seas joven, aunque no lo seas tanto pero tengas la piel grasa, debes aplicarte la hidratante a diario. Que veas tu piel lisa, sin arrugas, que no sientas la tirantez que sienten las demás pieles no quiere decir que el tiempo no pase para tí: el envejecimiento cutáneo aparecerá tarde o temprano.
Si mantienes la hidratación, regular el exceso de sebo con un ratamiento seborregulador si es el caso, si tienes una rutina cosmética adecuada para tu tipo de piel y necesidades (en especial, la reafirmación llegados los 30’s) no tendrás arrugas hasta que, a causa de la edad, vayas perdiendo los lípidos por el camino y llegues a la menopausia.
Por lo general, una piel grasa no necesita antiarrugas hasta la edad madura. Si este post sirve para animarte a que prevengas desde ya mismo el envejecimiento cutáneo, habrá valido la pena.
Foto | orangeacid, eflon
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