Es muy importante mantener una buena higiene del cabello, usar productos adecuados para mantenerlo hidratado y cuidado, pero NO menos importante es protegerlo de las agresiones externas para tenerlo más sano todavía.
No se debe cepillar el pelo estando mojado ya que el cepillo arrastra la proteína que le protege y le da brillo. Lo mejor es desenredarlo con un peine de púas anchas. Aquel mito de las cien cepilladas hay que olvidarlo y el brushing (alisado del pelo) hay que intentar espaciarlo en el tiempo cada día más. Los masajes capilares es mejor realizarlos con las yemas de los dedos, pero nunca con peines o cepillo, especialmente si tu pelo es débil o está muy dañado.
No debes peinarte el pelo con recogidos, coletas o trenzados estando el pelo húmedo. Además dormir con rulos o con coletas debilita la raíz del pelo por la tirantez que conlleva estar horas en la misma postura. Si tienes el pelo muy largo hazte una trenza muy floja antes de irte a dormir, debe poder moverse sola a ambos lado del cuello, así evitarás que te moleste por la noche y no se te enredará el pelo.
No abuses de geles, espumas, lacas, fijadores, ceras y gominas, sobre todo evita dártelos siempre en la raíz del pelo. Aquí es muy importante elegir productos que además de ayudarte a controlar tu peinado cumplan otras funciones, como que sean hidratantes, que lleven vitaminas o que respeten al máximo la cutícula de tu pelo.
No someter al pelo más de cuatro veces al año a tintes, permanentes o alisados fijos, sobre todo en cabello muy finos. Aunque cada día los productos son de más calidad y protegen tu pelo es más recomendable que cambies de estilo que someter a tu pelo a tanta “tortura”.
No aplicarte mascarillas a menos de 4 cmts de la raíz de pelo si lo tienes muy graso, también evita los cepillados en el cuero cabelludo para no incentivar la producción de sebo.
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