Hace mucho tiempo que pienso en hacerme un tatuaje pero eso de la sesión de agujas me acobarda. Pero es que cuando veo los modelos de diseños que se hacen las chicas hoy día, más bien me da repeluz. Esos dibujos grandes que tradicionalmente se han atribuído como masculinos ya están en las pieles de chicas y mujeres: es horroroso.
Sergio ya te planteó la pregunta: ¿estás segura de querer hacerte un tatuaje permanente?. Porque si tu mejor amiga o esa prima a la que adoras llevan uno, no es razón suficiente. Y una vez hecho el primero, muchas chicas quieren más y acaban tatuadas por todas partes.
Los tatuajes grandes no son nada femeninos, ni siquiera bonitos de lucir. Ya sé que se pueden quitar hoy día pero la cuestión no es esa. Los tatoos visibles no me gustan y no quedan tan bien al natural como se ven en las fotos como pueden ser las incluídas en este post.
Es como llevar un graffiti encima todos los días. Soy de las que opina que son motivo de problemas en el puesto de trabajo: en camareras, carniceras, esteticistas, dentistas, enfermeras. Lo encuentro feo, bruto, y no transmite buenas vibraciones a muchas de nosotras. Es un modo muy descarado de gritar a los cuatro vientos: “Soy moderna, soy rompedora, llevo un tatoo gigante”.
Si encima no combina de ninguna manera con la ropa que llevas, apaga y vámonos. El tatuaje del brazo de la mujer de la foto superior no pega con los topos del vestido ni en broma. Es de muy mal gusto.
Este detalle geométrico en el pie es otra cosa, todo un mundo paralelo dentro del universo tatuajes. Así empezaron los tatuajes femeninos antes de alocarse, así son bonitos. Nada de calaveras ni escorpiones ni dibujos fantasiosos de dos palmos cuadrados en el cuerpo para luego ponerte un vestido chic a topos. ¿Dónde se quedó el sentido crítico?. Un poco de sentido común, por favor.
Fotos | Alina, rageforst, atmtx
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