Hace tiempo ya hablamos de las tres razones estéticas por las que deberíamos probar el Pilates, y hoy hacemos lo mismo con otra de mis disciplinas favoritas y que no falta en ningún gimnasio ni centro deportivo: el spinning o ciclo indoor.
Las clases de spinning siempre están a rebosar en todos los centros, alguna razón habrá, ¿verdad? Esta disciplina que combina el entrenamiento aeróbico con la música más cañera nos ayuda a mantenernos en forma mientras nos divertimos y pasamos un buen rato. Hoy conocemos las tres razones estéticas por las que deberías probar el spinning si todavía no te has animado.
Piernas, glúteos y abdomen a punto
Si hay algo que trabajamos cuando hacemos spinning, eso es nuestro tren inferior y además de una forma muy completa. El pedaleo en una bicicleta de spinning no supone un riesgo para las articulaciones puesto que no existe impacto sobre las mismas, y es perfecto para trabajar nuestras piernas, los glúteos y la faja abdominal.
La fuerza de la pedalada debe partir desde la zona del glúteo, algo que se ve intensificado cuando estamos colocadas sobre la bicicleta de pie pero con la cadera hacia atrás. Los cuádriceps (la parte delantera del muslo) la entrenamos sobre todo durante las etapas de escalada de pie y sentadas, cuando llevamos bastante carga.
La activación del abdomen es vital en las sesiones de spinning, ya que a través de los músculos estabilizadores (musculatura profunda) nos ayuda a llevar una buena postura, respetando la curvatura natural de nuestra espalda. El peso de nuestro cuerpo debe recaer siempre sobre la zona media, y no sobre los brazos.
Muchas calorías en poco tiempo
A la hora de quemar calorías el spinning es una de las actividades más demandadas en los gimnasios. Por supuesto, el gasto calórico depende de muchos factores: altura, peso y cantidad de masa muscular de la persona que lo practica, y tipo de sesión que estamos realizando entre otras cosas. Por norma general en una sesión de spinning de 45 minutos una persona de peso y altura media puede llegar a consumir entre 500 y 600 calorías.
¿Por qué se queman tantas? En primer lugar porque estamos ejercitando el grupo muscular más grande de nuestro cuerpo: las piernas, y esto hace que el gasto calórico sea mayor. Además, en las sesiones de spinning suele haber picos de intensidad y cambios de frecuencia cardíaca, por lo que el gasto cardíaco final es alto.
No debemos olvidar que no todas estas calorías provienen de las grasas: a la vez que degradamos materia grasa para obtener energía, también nos llevamos parte de masa muscular. Aún así, el porcentaje de grasas degradadas en una sesión de spinning no es nada despreciable (en torno al 40% de las calorías totales).
Beneficios psicológicos que se traducen en estéticos
Este punto nos valdría para cualquier tipo de ejercicio, pero creo que el spinning es uno de los más destacados a la hora de ganar confianza en nosotras mismas. Al ser una actividad en la que se queman muchas calorías, si además la combinamos con una buena alimentación sana, equilibrada y dirigida a la pérdida de peso, los resultados saltarán a la vista en poco tiempo.
Antes que nadie seremos nosotras mismas quienes vayamos notando mejoras en nuestro cuerpo: los pantalones comienzan a quedarte más flojos, los glúteos más redondos y más firmes... Estos pequeños cambios, quizás imperceptibles a los ojos de los demás al principio, nos harán ganar en autoconfianza y sentirnos más seguras de nosotras mismas.
¡Por no hablar de la cantidad de endorfinas generadas tras una buena sesión de spinning! No sólo el ejercicio, sino que también la música colabora a este fin: nuestro cuerpo y nuestra mente salen liberadas y nos encontramos dispuestas a comernos el mundo.
Después de conocer estos beneficios estéticos, ¿quién se anima a subirse a la bici?
Imágenes | Thinkstock 1, 2, 3 y 4
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