Kina Fernández nunca sorprende pero tampoco disgusta. Sus propuestas, vestidos, prendas resultan de lo más favorecedor en la silueta femenina y esta temporada no podía ser menos. Kina se ha plegado más que nunca a la moda gracias a los drapeados, el leit motiv de una colección que nada en los colores suaves de aguamarinas, corales o los rosas de los atardeceres más exóticos. Puro verano, puras vacaciones y pura feminidad.
Sus tejidos son estupendos, livianos y suaves y su caída espectacular. Un pero, sus topos en blanco y negro, mal combinados y mal terminados: no logran ese carácter sutil y bello del resto de la colección.
Lo mejor de su desfile: los colores y los tejidos. desde terracotas hasta rosas metalizados combinados a la perfección.
La apuesta menos favorecedora.
Una combinación cromática exquisita: bronce y aguamarina.
Vestidos de inspiración helénica para terminar el desfile. Opciones estupendas para uno de sus fuertes, la fiesta y las bodas.