Es la gran favorita para llevarse este año el Oscar a mejor actriz (con permiso de Cate Blanchett) y, aunque a muchos la cara y nombre de Michelle Yeoh no les sonará de primeras, es muy probable que Todo a la vez en todas partes no sea la primera película en la que la hayan visto trabajar. Y es que su extensa filmografía incluye hitazos como Tigre y dragón, Memorias de una Geisha o Avatar. De hecho, hasta fue chica Bond en El mañana nunca muere, cuando Pierce Brosnan encarnaba al famoso agente 007.
Normalmente, para una actriz, aparecer en una película de esta franquicia supone un revulsivo para su carrera. Ahí tenemos, por ejemplo, el caso de Ana de Armas, compañera de nominación de Yeoh. Sin embargo, para la intérprete de origen malayo, esto desembocó en un parón de dos años en el que dejó de aparecer en películas de Hollywood, hasta su regreso triunfal con la oscarizada Tigre y dragón.
Sin embargo, lo más curioso de todo es que se trató de una decisión consciente de la actriz, que no quería venderse a los estereotipos de la industria. Ella misma lo ha explicado una entrevista con la revista People:
"La primera película que hice al llegar a Estados Unidos fue El mañana nunca muere, con Pierce Brosnan", explica Yeoh. "En ese momento James Bond era un 'macho' y [...] en la industria, a nadie le importaba si era china, japonesa o coreana o si hablaba inglés. Me hablaban a gritos y muy despacio", continúa explicando.
Finalmente, sentencia: "No trabajé durante casi dos años, hasta que llegó Tigre y dragón, porque no quería hacer los papeles estereotipados que me ofrecían". Una decisión arriesgada que, por suerte, le salió redonda a aquella recién llegada a la meca del cine. Tan bien como que este domingo podría llevarse a casa un primer y merecido premio de la Academia.
Foto de portada | A24
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