Trabajar para Prada, Vogue, Telva o, incluso, para Beyoncé Knowles no es fácil. Pero quien puede presumir en su currículum de todos ellos es Marcela Gutiérrez, una ilustradora que gusta (y no es de extrañar). Acuarelas en tamaños enormes ocupan las tiendas de Prada en Los Ángeles y Nueva York, dejando sin habla a todos los que las visitan. ¿Sus inicios? En los talleres de Alexander McQueen.
Sin embargo lo que más le gusta dibujar son los ojos: puede pasarse horas y horas pintando esta parte del cuerpo tan expresiva. Eso sí, siempre empieza por el derecho. A pesar de tener una lista interminable de clientes asombrosos a Marcela Gutiérrez le falta mucho camino por recorrer. Adora su trabajo y no le teme a nada ni a nadie.
¿Tu trabajo es vocacional o vino por sorpresa y casualidades de la vida?
Sorpresa en el sentido que no era mi intención dedicarme por completo a la pintura y la ilustración, pero llevo toda una vida preparándome para ello. Siempre me ha encantado dibujar y me preocupé por que todas las carreras que estudié incluyeran dibujo.
¿Cómo empezó todo?
Cuando estudiaba moda en Central Saint Martins a la hora de presentar los proyectos me dedicaba muchísimo en las ilustraciones de los diseños. Cuando trabajé para Alexander McQueen desde mi primer día no hice más que dibujar, desarrollando estampados y pintando piezas a mano para los desfiles. Desarrollé un primer portfolio de ilustración aunque mi intención era seguir el camino de diseñadora. Al cambiar de trabajo, mientras buscaba otro, comencé a dibujar a todos mis amigos y les regalaba los retratos en sus cumpleaños, en ese entonces ya me pedían encargos. De allí comencé a colaborar con la revista Metal e hice un advertorial para Chanel.
Lo que ya me estableció definitivamente como ilustradora fue cuando hice una exposición con la revista Metal celebrando su 4to aniversario: el encargo era ilustrar las 20 editoriales favoritas de Yolanda Muelas, la directora. Decidí trabajar en formatos muy grandes, algo que en ilustración aplicada no es habitual. Era la primera vez que me atrevía a pintar con acuarelas en un tamaño tan enorme, las fotografías se convirtieron en ilustraciones que, a su vez, se convirtieron en obras originales. Tuve mucho éxito con esa exposición: se vendieron todas las obras… ¡Incluso Beyoncé tiene uno de esos cuadros en su casa!
Aparte del dibujo y la moda, ¿qué otro intereses tiene una reputada ilustradora como tú?
Cocinar, me encanta cocinar, y decorar los platos con armonía. Además adoro ponerme tacones y arreglarme totalmente aunque no salga de casa. Los tacones cuanto más altos, mucho mejor.
¿Cuál fue tu primer encargo importante?
El wallpaper de Prada en sus tiendas flagship de Los Ángeles y Nueva York. Me acuerdo ir el verano pasado a ver la tienda como siempre y pensar que increíble sería que me encargaran eso… Hasta Damien Hirst había hecho un wallpaper para Prada en el pasado. Pero no me imaginé que a los tres meses de pensarlo lo estaría haciendo.
¿Qué se siente al trabajar para Prada?
Para mi fue una experiencia increíble, sentí felicidad absoluta. Le tengo mucho respeto a Miuccia Prada por el balance entre creatividad y comercialidad. Cada temporada hay un cambio radical, tomando más riesgos en diseño que mucho de los diseñadores jóvenes. Para mí Prada es el mayor representante de la cultura de la moda, ¡es mi firma preferida!
Hoy en día todo el mundo conoce a Beyoncé Knowles. Sus canciones son escuchadas en todo el planeta y sus bailes los más imitados. ¿Cómo te llegó la oportunidad de ilustrar su álbum?
Conocí al director creativo de Beyoncé en una cena en casa de una chica que tenía algunos de mis cuadros colgados. El se interesó por ellos y me dijo que le diera mi portfolio porque se lo enseñaría a Beyoncé. Unos meses más tarde estaba trabajando para ella. Con una fecha de entrega casi imposible, tuve que realizar el trabajo en 24 horas desde un motel en Los Ángeles, el mismo dia que inauguraba mi exhibibión “The Beauty for the Sake of Beauty”.
¿Cuál ha sido (hasta día de hoy) el logro más importante que has llegado?
Para mi el logro más importante es el llegar a vivir de lo que más me gusta hacer en la vida, el ser dueña de mi tiempo.
Todo el mundo sueña con lograr un día a lo más alto en su trabajo. Tú ya lo has hecho, pero siempre se quiere más. ¿Cuál es tu próxima meta? ¿Un sueño que todavía no hayas cumplido?
No creo que haya llegado en absoluto a mi meta, estoy muy orgullosa de lo que he logrado pero me queda mucho por hacer y por aprender. Quiero seguir evolucionando y seguir produciendo, seguir marcando mis propios retos y colaborando siempre con gente a la que admiro.
¿Qué es lo que más te gusta pintar?
Me gusta muchísimo interpretar fotografías de Mert & Marcus y Mario Sorrenti, ya que tienen un sentido de composición y color espectacular. Pero en sí lo que más me gusta pintar son retratos, ¡sobre todo los ojos!
¿Qué técnicas usas a la hora de elaborar uno de tus dibujos?
Siempre empiezo con un boceto a lápiz pequeño, a veces me hago un collage digitalmente para ver la composición, y luego hago el dibujo en grande y comienzo siempre con el ojo derecho.
Hay artistas que antes de empezar a trabajar sigue un ritual, ¿tienes alguno en especial?
Subirme a los tacones, maquillarme, tomo una botella de agua y luego comienzo a pintar.
Sé que mucha gente es reacia a hablar de sus proyectos pero, ¿en qué estás trabajando ahora?
Ahora estoy preparando una exposición que tomará lugar en Nueva York.
¿Es difícil labrar un camino en el mundo de la moda?
Creo que es difícil labrar cualquier camino, vivimos en un mundo muy competitivo. Hay que celebrar las dificultades porque son las que nos convierten en la mejor versión de nosotros mismos. Si se quieren resultados excelentes hay que tomar medidas excelentes, hacer más que la media para sobresalir. Lo difícil vale mucho la pena.
¿Qué se siente al ser todo un referente en lo que a ilustraciones de moda se refiere?
Sinceramente me siento lejos de ser un referente, ¡apenas he empezado!
¿Un consejo para todos aquellos que sueñen un día en triunfar con las ilustraciones?
Que lo hagan con todo el corazón, que practiquen sin cesar, trabajando duro se llega a donde se quiere. Hay que moverse y hay que tener convicción, proyectarse hacia lo que uno quiere y olvidar la palabra crisis.
Fotos | Marcela Gutiérrez
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