Inauguramos una sección mensual en Trendencias en la que iremos eligiendo a algunos de nuestros diseñadores favoritos a los cuales nos gustaría conocer más profesionalmente, descubrir sus carreras y sobre todo apoyarlos como talentos emergentes que puedan ser en mayor o menor medida, ya que muchos serán nombres consolidados, aunque en un principio nos centraremos en diseñadores con menor recorrido popular. Moisés Nieto es nuestro primer diseñador del mes.
Moisés Nieto es uno de los mejores talentos que a día de hoy podemos ver sobre la pasarela española. Con apenas 28 años y procedente de Úbeda, el diseñador se encuentra en un momento plácido, desfilando en una pasarela como el EGO de Cibeles que ya se le ha quedado pequeña, habiendo conseguido una aventura internacional con nada menos que el apoyo del Grupo Valentino y con una manera de afrontar la moda femenina desde el punto de vista minimalista, sin dejar de lado una propuesta de estampados que ya se han convertido en un detalle por el que reconocer a la firma.
En esta primera parte de la entrevista (mañana saldrá publicada la segunda) repasamos con él sus primeros momentos hasta llegar a la actualidad: cómo los ha vivido, qué ha aprendido de cada uno, qué recuerda de colaborar con algunos nombres…
¿Cuándo decidiste que querías ser diseñador? ¿Qué es lo que te llevó a ello?
No me acuerdo exactamente. Esto no surgió de repente. Llega un momento en el que necesitas expresarte de alguna forma y las herramientas que tienes se quedan cortas. Tenía ganas de cambiar el ordenador por tejidos y patrones.
Por otra parte, la moda es algo que cambia como poco cada 6 meses. Es esa sensación de velocidad la que me hace inclinarme por el diseño. Algo cambiante y que no se detiene.
El tempo de la moda es como el de la vida actual, impaciente, que indica no solo el ansia de un rápido cambio en el diseño sino también el de la potencia que adquiere el atractivo de tener cada poco tiempo algo nuevo en el mercado. La moda tiene el atractivo simultáneo del comienzo y el final. De la novedad y al mismo tiempo de la caducidad. Seguramente sea esa sensación contradictoria la que hace que me diera cuenta que lo mío es la moda.
¿La fugacidad de la moda puede convertirla al mismo tiempo en algo a lo que se da poco valor?
Estamos viviendo una etapa en la moda de muchos cambios, el verdadero lujo se está devaluando y cada vez son más marcas las que hacen sus productos más accesibles al público. De este modo se pierde la esencia de la marca. Pero a su vez crean nuevos segmentos de mercado. La moda cada vez interesa más y se esta convirtiendo en un fenómeno social.
¿Cuál es tu primer recuerdo asociado con el mundo de la moda?
Recuerdo el ir con mi madre a menudo a una boutique. Aquel sitio tenía algo especial. Me pasaba la tarde sentado en un sillón de terciopelo mientras mi madre se probaba un vestido. Yo la miraba embobado y no decía ni pío.
¿Antes de trabajar en moda a qué te dedicaste?
Hice un poco de todo, desde azafato para eventos a camarero pasando por dependiente de tienda e incluso en la recogida de la aceituna. Tenía que pagar mis estudios y cualquier trabajo era bueno. Cuando empecé a estudiar en Madrid compaginaba las clases trabajado en una tienda en la calle Serrano y en mis pocos tiempo libres ayudaba a Antonio Alvarado en sus colecciones. Creo que el trabajo es la mejor forma de aprender.
¿Cómo fue el cambio de Diseño de mobiliario y el gráfico a la moda?
Estudié Diseño de mobiliario y diseño gráfico y de ahí me pasé al diseño de moda de forma accidental. De lo cual me alegro cada día mas. ¿Por qué diseño de moda? Creo que esconde un lenguaje más de calle, comunicativo y mucho más social. Las prendas que vistes comunican y hablan de ti. De lo que quieres decir o de lo que quieres esconder. Y yo estaba en un momento de mi vida en donde necesitaba escupir todo lo que llevaba dentro. Y tras empezar a coquetear con la maquina de coser y ver que no se me daba mal del todo, me presenté a un par de concursos donde fui seleccionado… a partir de ahí aún no he soltado la aguja.
¿Cuándo comenzaste en el mundo de la moda? ¿Cómo fueron esos primeros pasos?
Hice una pequeña colección tras terminar mis estudios de indumentaria en Andalucía. A raíz de ahí me fui a Madrid para formarme como diseñador y conocer más de cerca el sector. Siempre me involucré en todo los proyectos de clases o fuera de ellos. Hice pequeños desfiles en la Sala Costello a la vez que recibía algunos encargos de amigos. Y bueno lo demás es todo muy reciente. ¡No soy tan viejo!
Según tu biografía estudiaste Indumentaria y Patronaje, además de la licenciatura de Moda en el IED de Madrid. ¿Qué te aportaron estos estudios?
Aprender como funciona el patronaje es esencial para entender una prenda. De nada sirve hacer un buen diseño si no sabes ensamblarlo antes en tu cabeza. Ese conocimiento lo da el patronaje y la experiencia del trabajo. Me obsesiona saber cómo están realizadas las prendas, ver el interior, destriparlas.
¿Cómo surge la oportunidad de trabajar en con Klavers van Engelen en la bienal de moda de Holanda? ¿Qué pudiste aprender de dicha experiencia?
Fue una beca que nos dieron a cuatro alumnos de moda por buenos chicos (risas). Trabajar con dos diseñadores holandeses en la Bienal de Arnhem fue una experiencia única. Compartimos conocimientos con alumnos de la escuela de moda de Arnehm. Esa ciudad vive por y para la moda. Aprendí a trabajar en equipo y compartir experiencias diferentes con jóvenes que entienden la moda de diferentes formas.
Para Antonio Alvarado trabajaste como asistente e ilustrador. ¿Qué te aportó a tu posterior carrera?
Trabajar con Antonio siempre fue divertido. Cada día era diferente y nada monótono.
De él aprendí bastante, ver cómo funciona la moda desde el taller, desfiles, eventos…
¿Cómo surge la posibilidad de montar tu propia firma?
Surge por la necesidad de crecer como empresa. Quería vivir de mi trabajo y no pasear prendas por varias pasarelas. No tiene mucho sentido hacer una colección y guardarla en el armario.
¿Cómo recuerdas la presentación de tu primera colección en la pasarela andaluz South 36.32N?
Tengo buenísimos recuerdos de ese desfile. Fueron 4 días en Cádiz de diversión y mucho trabajo. Lo tengo muy presente la verdad. Fue mi primer desfile con enfoque a prensa. Recuerdo estar muy nervioso pero satisfecho.
Si pudieses volver a aquel día, ¿cambiarías algo?
¡Nada! Las cosas pasan así y así deben de quedarse. Si hubo algún fallo me sirve para aprender. No cambiaría nada.
¿Cómo lograste dar el salto ese mismo 2010 al EGO de Cibeles? ¿Cuáles fueron tus sensaciones al desfilar allí? Allí presentaste Bautismo, una colección que te supuso un gran salto.
Me quedé sin trabajo de repente y no quería perder el tiempo. Así que decidí presentar un dossier a Ego para probar suerte. Nunca pensé que me llamarían al poco tiempo para decirme que estaba seleccionado. Para mí fue una gran sorpresa y les estoy eternamente agradecido a todo el equipo de Pelonio. Desfilar en el Ego era mi mayor aspiración en 2010, ¡imagínate! Yo estaba como un niño con zapatos nuevos.
¿Qué significó ganar el concurso My own show de Franca Sozzani?
Ser reconocido como mejor joven diseñador por Franca Sozzani, Sara Main y el equipo de Vogue Italia es la mejor forma de avalar mi trabajo. Es una muy buena carta de recomendación.
Al ganar el concurso pudiste producir tu colección en la casa Valentino. Para alguien profano en la materia ¿qué te aportó esta posibilidad de cara a tu colección?
Fue el premio por ganar el concurso de My Own Show. Tuve que exponer mi tesis final de carrera ante un jurado que te aseguro que imponía muchísimo. Tenía justo enfrente mío a Franca Sozzani, Directora de Vogue Italia. A la derecha a Paolo Riva del Grupo Valentino y a la izquierda a Alessandro Varisco de Moschino. Yo no era consciente de dónde me estaba metiendo y decidí relajarme y charlar tranquilamente sobre lo que andaba trabajando durante casi un año. Todo fue muy rápido, en poco menos de cuatro minutos defendí mi proyecto lo mejor que puede. Finalmente el jurado falló a mi favor y el grupo Valentino decidió que se encargaría de la producción de la colección.
A partir de ahí estuve viviendo entre Madrid y Milán tres meses revisando la producción desde principio a fin. Fue como un trabajo en grupo, cinco personas se encargaron de ayudarme en la selección de materiales, tejidos y fornituras. Poder disponer del archivo textil de Valentino y elegir yo mismo las calidades de las prendas. Era algo increíble y que sucede pocas veces. El resultado fue algo que me sorprendió gratamente. Trabajar mano a mano con profesionales como ellos y tener unas instalaciones donde poder crear lo que quieras sin tener que pensar en presupuesto o complejidad es algo que no podría haber llevado a cabo. Fue como soñar que estas en un centro comercial y que puedes coger y hacer lo que quieras.
En Trendencias | Teresa Helbig y Moisés Nieto, premios L’Oreal a las mejores colecciones de la Mercedes Benz Madrid Fashion Week
En Trendencias | Moisés Nieto Primavera Verano 2012: un verano uniformado