Algunos de estos hábitos son frecuentes en aquellos que se criaron siendo los hermanos pequeños, según la psicología
Existen estereotipos en torno al orden de nacimiento de los niños que afirman que los hermanos mayores son más responsables, los medianos más complicados y los pequeños más rebeldes. Soy la pequeña de tres hermanos y mi madre estaría de acuerdo con todos estos estereotipos. Pero ¿cuánto hay de verdad en ellos? El psicoterapeuta y médico Alfred W. Adler afirmaba ya en 1931 que el orden de nacimiento afecta a la personalidad de los niños. El motivo: sus padres les trataban de manera diferente. Quizá pensando en cómo les educamos, podemos dar con algunos comportamientos típicos que los hijos pequeños mantienen en la edad adulta según la psicología.
Son más rebeldes
Las investigaciones sugieren que los padres castigan a sus hijos mayores con más dureza que a los más pequeños. Esa permisividad (que en mi casa no viví demasiado siendo la pequeña, debo decir), anima a los niños a querer ver hasta dónde podrían llegar y eso hace que los pequeños seamos más rebeldes. Según el psicólogo FJ Sulloway, los hermanos menores "son más propensos que los primogénitos a participar en actividades rebeldes". Y con rebeldes no queremos decir que comentan delitos. Habrá hijos pequeños que lo hagan siendo adultos, pero hablamos de rebeldía en términos más mundanos y comunes, como quedarse despierto hasta tarde, o negarse a seguir el mismo camino que sus hermanos.
En mi caso para mi madre soy rebelde porque no he seguido el mismo camino que mis hermanos: no tengo hijos, he cambiado mucho de trabajo (y de profesión), no me he casado, he tenido varios novios y me he salido de la norma muchas veces. Mis hermanos mayores no.
Son creativos
Según un estudio, el orden de nacimiento de los niños afecta a su inteligencia y los primogénitos, gracias a que adquieren un papel de “maestro" con sus hermanos menores, son más inteligentes. Pues bien, al parecer a los pequeños nos queda la creatividad según una investigación de Sulloway en Berkeley que sostiene que los niños más pequeños obtienen mejores resultados en medidas "que estimulan la imaginación". Cuando se convierten en adultos, y según esta encuesta de CareerBuilder, los hermanos menores tienen más probabilidades de sentirse atraídos por trabajos creativos.
Se toman la vida menos en serio
La Encuesta Nacional sobre la Vida Familiar de Estados Unidos de 2022, revelaba que los hermanos menores son más propensos a creer que son los favoritos de sus padres. Si soy sincera yo también creo que soy la favorita. También creemos que somos más divertidos de la familia. Un 46 % de los hermanos menores lo creen según esta encuesta de YouGov. Son datos cuya correlación no implica causalidad, pero si pensamos en que los hermanos mayores suelen adoptar más responsabilidad por el hecho de ser mayores, podemos pensar que los pequeños tienen una mayor tendencia a ser despreocupados. Más tranquilos. Más positivos incluso. Es más, la profesora de psicología Sara Shine afirma que “los hijos más pequeños suelen tener más libertad y suelen ser los más independientes” porque los padres “suelen ser más indulgentes con los más pequeños, porque tienen más experiencia como padres”.
Tienen más habilidades sociales
Cuando un niño nace y no tiene hermanos, los estímulos de otros niños los recibe de guardería, familiares pequeños, hijos de los amigos de sus padres… En cambio cuando un niño nace y ya hay otro niño en la familia, el estímulo es de 24 horas. Vive con ese niño que le estimula constantemente, por eso Sara Shine afirma que los hermanos menores tienden a ser más abiertos que los hermanos mayores, más sociables y extrovertidos, lo que “les permite comunicarse con mayor comodidad”.
Podríamos decir que suelen tener más habilidades sociales, aunque no siempre ocurre. Es posible que tengas estos comportamientos siendo hija única, la mayor de siete hermanos, la mediana o la pequeña. Y también es posible que seas la pequeña y no tengas ninguno. Son comportamientos que suelen darse, pero no se aplican al 100% de los casos.
Buscan ser el centro de atención
Las investigaciones también sugieren que además de los padres, los hermanos mayores desempeñan un papel fundamental en la configuración de nuestros estilos de apego, especialmente cuando hay diferencias de edad. En mi caso me llevo con un hermano 10 años y con el otro 12, así que evidentemente mi estilo de apego no solo depende de mis padres, también de mis hermanos.
Por ejemplo, el hijo más pequeño está acostumbrado a ser el centro de atención. Yo lo era porque en mi infancia no solo me cuidaban mis padres, me mimaban mis hermanos. Este comportamiento infantil puede provocar que de adultos se muestren menos reacios a ser líderes, que busquen una atención constante porque es lo que han aprendido. Esa necesidad de atención constante puede llevarles a tener relaciones en la que den demasiada importancia a la validación emocional de su pareja, o en la que busquen constantemente la atención.
Fotos | Nathan Dumlao en Unsplash, Hannah Skelly en Unsplash, Hưng Nguyễn en Unsplash
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