Puede ser sutil, inconsciente, complicado, aburrido..., pero el machismo en el trabajo forma parte del día a día de muchas mujeres que lo sufren, de manera directa o indirecta. Los chistes sexistas, los comentarios fuera de tono, los apodos cariñosos que no vienen a cuento y las injusticias son algunas de las manifestaciones sexistas con las que lidiar a diario.
En un mundo ideal cuando un compañero de trabajo cayera en un comentario o actitud machista pediría disculpas inmediatamente, pero la realidad es que denunciar y esperar a que se resuelva sin consecuencias no siempre es una posibilidad. Y por eso hay que buscar otras soluciones. Como estas que te mostramos.
1.- Sí, es un chiste, pero no tiene ninguna gracia
Como nos explica Laura Bates en su libro Everyday Sexism estamos tan acostumbrados a los chistes sexistas que pensamos que forman parte de nuestra cultura y que no tiene solución. Pero sí que la tiene. Tan sencillo como no reírte cuando alguien suelta uno en tu lugar de trabajo. De esta forma dejas tu postura clara. Si además lo acompañas con un semblante serio y una mirada directa e impasible quizá hagas recapacitar a esa persona sobre la gracia que tiene su chiste. Spoiler: ninguna.
2.- Ten una charla privada con el autor de los comentarios sexistas
Según Jessica Bennett, la autora de Feminist Fight Club, un manual que te ayudará a combatir el machismo en la oficina, tener una conversación sincera -pero sobre todo privada- con la persona que ha hecho un desafortunado comentario sexista es una buena manera de solucionar futuros comentarios de ese estilo. Algunas personas se sienten incómodas cuando se les llama la atención en público. Otras ni siquiera son conscientes realmente de que lo que han dicho puede ser machista u ofensivo. Una amistosa aclaración -no hace falta que sea una discusión o una regañiña- a veces es suficiente para que el otro se dé cuenta de su error.
3.- Pide que te lo expliquen todas las veces que sea necesario
Cuando escuches un comentario sexista repítelo en voz alta, pide que te lo repitan o, mejor aún, pídele al emisor que te lo explique con un “pPor qué es tan divertido? Es que no termino de entenderlo”, apunta Laura Bates. A veces cuando la persona se ve obligada a explicar de nuevo el comentario se da cuenta de cuán inapropiado era. Tener que pensar detenidamente en ello para explicárselo a otro puede ser suficiente para hacerles recapacitar sobre su comportamiento.
4.- Crea una club anti-machismo en la oficina
Para Jessica Bennett es un paso fundamental para conseguir la plena igualdad en la oficina: crear un grupo que se reúna semanalmente para ayudarse entre sí, denunciar injusticias, hacer equipo frente a los comportamientos sexistas, etc.
5.- Los datos son tu mejor arma
Y la estadística. La autora de Feminist Fight Club se refiere a los datos como karate verbal, la mejor forma de combatir contra los comentarios y actitudes machistas es presentar rápidamente datos que demuestren nuestra postura.
6.- No lo sufras en silencio
Sentirse víctima del comportamiento sexista en un ambiente laboral puede ser especialmente duro si encima se hace en soledad. No todo el mundo se siente cómodo lidiando con estos problemas o haciéndolos públicos, pero sacarlos a la luz es el primer paso para que no se vuelvan a repetir situaciones de ese tipo.
7.- Conoce tus opciones si quieres alzar la voz. Y ponlo por escrito
James Carmody, consultor de recursos humanos, explica en este artículo que hay una gran cantidad de organizaciones, servicios y personas a las que puedes acudir para informarte sobre cómo acabar con las situaciones machistas en tu lugar de trabajo: "puede ser problemático si la persona en cuestión es tu jefe directo o un miembro senior de la compañía. Pero tener algún tipo de formulario por escrito en manos de otro miembro de la compañía puede colocarte en una posición más favorable para defender tu esquina si el problema va a peor".
8.- Cambia la perspectiva
Volvemos de nuevo a que no siempre somos conscientes de lo que decimos o hacemos hasta que alguien nos lo hace notar. Como comenta Laura Bates a veces es necesario preguntar si ese comentario que pretendía ser un chiste gracioso, ese apodo fuera de tono o esa actitud se hubieran producido si hubieran estado dirigidas a un hombre. No perder la sonrisa pero hacer preguntas como "¿le hubieras dicho eso a nuestro cliente si hubiera sido hombre?" o "¿tienes comentarios parecidos sobre la ropa que llevan los hombres en tu trabajo?".
9.- Y cuestiona, cuestiona, cuestiónatelo siempre todo
No todo tiene que ser por culpa del sexismo, pero no está de más preguntar en voz alta las cosas y replantearlas, cuestionar por qué siempre te caen las mismas tareas y si la razón es porque eres mujer o no, etc.
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