Río 2016 ya es historia. Los Juegos Olímpicos de este año serán recordados por las exhibiciones en el tapiz de Simone Biles, por la leyenda cada vez mayor de Michael Phelps o por la velocidad sin rival, una vez más, de Usain Bolt. Pero hay una lectura de Río 2016 que tampoco olvidaremos. Y es que, quizá, estos hayan sido los Juegos Olímpicos más feministas de la historia. Por momentos hemos pensado lo contrario, con el sexismo patente en algunos medios. Pero ha habido gestos que nos han conmovido y nos han llevado a pensar que quizá no estemos tan lejos de ese objetivo de paridad total para Tokio 2020 que persigue el COI.
La primera Simone Biles
Una de las primeras imágenes que vendrá a la mente de cualquier aficionado al deporte cuando piense en Río 2016 será la de Simone Biles y sus perfectas ejecuciones en gimnasia artística. Se lleva cinco medallas de Río (cuatro de oro y una de bronce) y el orgullo de haber pronunciado esta frase: «No quiero ser la próxima Usain Bolt o Michael Phelps. Soy la primera Simone Biles». Cuánta razón.
Cuando Fu Yuanhui nos recordó que las deportistas también tienen la regla
Las mujeres tenemos la regla. Las deportistas son mujeres. Por lo tanto, las deportistas tienen la regla. Parece sencillo de deducir, pero lo cierto es que nunca –o muy pocas veces– se ha hablado de cómo los ciclos menstruales influyen en el rendimiento de las deportistas de élite. La nadadora china Fu Yuanhui comentó al acabar su prueba de relevos que había nadado peor de lo esperado «porque me vino la regla anoche». Un comentario casual que se convirtió en noticia de portada. Menos mal que no andaban cerca los responsables de esta piscina georgiana o no habría podido ni competir.
La reacción de Twitter al body shaming contra Alexa Moreno
Ver que el body shaming (es decir, humillar a alguien públicamente por su apariencia física) había llegado a unos Juegos Olímpicos nos decepcionó. Lo sufrió en su propia piel la gimnasta mexicana Alexa Moreno, a quien llamaron gorda tras su participación en la prueba clasificatoria. Pero la reacción de la mayoría de usuarios de Twitter nos devolvió la esperanza. (Os lo contamos todo aquí).
Michelle Carter recordándole al mundo que toda mujer es femenina
La atleta estadounidense Michelle Carter ganó la medalla de oro en lanzamiento de peso. En sus declaraciones posteriores, Carter hizo un alegato de la femineidad de las deportistas, sin importar la disciplina que practiquen. «En este deporte, no nos ven como mujeres, no nos ven femeninas. Pero yo he sido femenina toda mi vida y no entiendo cómo podría separar mi deporte del hecho de ser mujer. ¿Sabes? Somos mujeres, y lo somos lanzando pesos o ensuciándonos y... tenemos buen aspecto mientras lo hacemos».
Dos gimnastas haciendo lo que dos países no han hecho en más de 50 años
Corea del Norte y Corea del Sur están oficialmente en guerra desde los años 50 del siglo pasado (nunca llegaron a firmar un armisticio). Las hostilidades entre los dos países y las diferencias entre sus regímenes convierten su frontera en un punto caliente del planeta. Pero dos gimnastas, Lee Eun-Ju (surcoreana, 17 años) y Hong Un-jong (norcoreana, 27 años) representaron uno de los poquísimos acercamientos públicos entre las dos mitades de la península de Corea. Solo necesitaron un selfie y un tuit.
Oksana Chusovitina compitiendo en sus séptimas Olimpiadas
Poco más podemos añadir a ese dato: siete Juegos Olímpicos lleva Oksana Chusovitina en su haber, desde su debut en Barcelona 92. En Río 2016, ha competido con 41 años. De hecho, su hijo, de 17, es mayor que algunas de las gimnastas con las que Oksana se ha enfrentado en sus rondas. No llegó a la final, pero dejó muy claro que las mujeres de más de 40 pueden hacer cualquier cosa, incluido competir en unos Juegos Olímpicos.
Andy Murray recordando que las mujeres también son personas
Cuando un periodista lo felicitó por ser el primer tenista en ganar dos oros consecutivos, Andy le recordó que las hermanas Williams tenían cuatro cada una. (Os lo contábamos aquí).
Cuando dos corredoras demostraron que entienden qué es exactamente el espíritu olímpico
Durante la semifinal de los 5.000 metros, la neozelandesa Nikki Hamblin cayó al suelo y la norteamericana Abby D'Agostino tropezó con ella y acabó cayendo también. Ambas estaban lesionadas, pero se ayudaron mutuamente a llegar a la meta. Según ESPN, la estadounidense animó a la neozelandesa con las palabras «Tenemos que acabar, esto son los Juegos Olímpicos».
Y Adelinde Cornelissen demostró que ese espíritu olímpico no entiende de especies
Adelinde Cornelissen se encontró en Río con una de las peores pesadillas que le pueden ocurrir a un deportista olímpico. Poco después de empezar la competición, notó que su caballo Parzival no estaba en las mejores condiciones y, en vez de forzarlo para acabar su prueba, decidió parar en seco y retirarse. Más tarde, explicó en Facebook lo que había ocurrido.
Cuando Katie Ledecky ganó como una mujer...
El nadador olímpico Ryan Lochte dijo, antes de los Juegos, que Katie Ledecky nadaba «como un chico». Se refería a su fuerza y a su mentalidad y, además, se mostraba sorprendido de que pudiera ganarle. Además, diarios como el Daily Mail comenzaron a apodarla «la Phelps femenina» (aunque corrigieron el titular, todavía aparece esa denominación en el texto). Al final, Ledecky se ha ido de Río con cuatro oros y una plata, demostrando que nadó (y ganó) como lo que es: una mujer. Imposible explicarlo mejor que este tuit:
«Katie Ledecky nada como un hombre»
No, nada como Katie Ledecky, que es una mujer, por lo tanto: ella nada como una mujer. Rápido.
...y nos emocionó con su autógrafo a Michael Phelps
Cuando Katie Ledecky tenía 9 años, se emocionó al conocer a su ídolo, Michael Phelps, que ya por entonces asombraba al mundo con sus victorias. Le pidió un autógrafo, pero, diez años después, ha sido ella quien se lo ha acabado firmando a él.
El triunfo de la constancia...
Morolake Akinosun escribió en 2011 que en 2016 estaría compitiendo en Río. Y... lo consiguió. (Os contamos la historia completa aquí).
...y el del amor
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Poco podría imaginar Isadora Cerullo, jugadora del equipo olímpico brasileño de rugby 7, que el día de la entrega de medallas de su disciplina sería uno de los más felices de su vida. Sobre todo teniendo en cuenta que su equipo quedó noveno en la clasificación. Enya, su pareja, miembro del staff técnico, irrumpió en la ceremonia cargada con globos en forma de corazón, cogió un micrófono y le pidió matrimonio. Como ella misma declaró después: «Puede ser el final de los Juegos Olímpicos, pero es el comienzo de mi vida con alguien».
El sexismo en los medios de comunicación
¿Cómo? ¿Vamos a celebrar que los medios de comunicación deportivos sigan teniendo un sesgo sexista? Pues no, evidentemente. Pero sí es motivo de esperanza el hecho de que ese sexismo haya estado constantemente presente en otros medios y que haya sido puesto de relieve en las redes sociales. No creemos que el tratamiento de los medios en Río 2016 haya sido más sexista que en otras ediciones de los Juegos, pero la buena noticia es que, esta vez, nos hemos dado cuenta.
Imágenes | Gtresonline.
En Trendencias | Los 13 ejemplos de que el periodismo deportivo no se toma en serio a las mujeres
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