De las tres colecciones que lanza el Kaiser por cada una de las dos temporadas del año, tal vez sea la que lleva su propio nombre la que nos muestra un poco más de su alma. Es un toque más cercano a la intimidad del diseñador y la cual nos brinda un estilo más personal y elocuente.
En esta ocasión Lagerfeld se ha superado a sí mismo, sin perder nunca la elegancia que caracteriza sus diseños y que lo han hecho un nombre imborrable en el mundo de la moda. Una reminiscencia de los 80's, tan de moda en estos últimos tiempos, que recupera lo mejor de la década brindándole ese toque de sensualidad y elegancia que solo Lagerfeld puede lograr.
Blazers de proporciones geométricas que rescatan la fuerza de los 80's, vestidos envolventes que nos recuerdan los diseños de una Donna Karan de los primeros tiempos y chaquetas militares que son el toque ideal para crear un estilo más urbano y menos safari.
Completan la colección sus clásicas camisas blancas, en una reinterpretanción que las vuelve la pieza perfecta y necesaria de cualquier guardaropa, así como pantalones de corte limpio y muy favorecedor y camisetas combinables para cualquier situación. Negro, oliva, blanco, gris metalizado y azul marino son los colores más frecuentes en la pasarela
El toque más medieval y más cercano a lo que presentó en Chanel nos lo brindan los guantes sin dedos en colores neon, los botines picudos y, los lazos y el chiffon que hacen a la colección merecedora de nuestro aplauso. Los aditamentos nunca hacen que el Kaiser caiga en la tentación de lo sobrecargado y barroco, sino más bien le dan un aire más femenino y a la vez más elegante.
Vía | Style.com