No quiero que penseis que soy un tochón y que pego unos rollos de profe de instituto, por tanto he pensado explicaros cómo afecta a la piel de vuestro rostro que el film hidrolipídico sea deficiente con otro tipo de rollo. Estamos hablando de la piel sensible.
Has vuelto atrás en el tiempo y eres el sufridor del mítico programa Un, Dos, Tres y tu única misión es recibir globos de agua que han llenado con el agua de la charca donde crían los sapos verdes. Tu única defensa es un colador del tamaño de tu cara pero que es muy efectivo: sólo deja pasar lo bueno, dejando fuera de juego a las porquerías verdes.
No te has dado cuenta pero el colador ha desaparecido, ¿quién sabeónde está? No te explicas su desaparición pero es que ahora mismo el problema es que estás recibiendo todos los globos de agua sucia en pleno rostro y ya no tienes el colador como defensa. Splashh splashhh.
Cuando la piel sensible se irrita por el motivo que sea es porque ha perdido su capacidad de barrera protectora, el colador ya no está y está recibiendo todos los elementos exteriores sin discriminación, los inofensivos y los que irritan también. La piel los nota, le da a la sirena de alerta y ýa tenemos aquí la inflamación, el picor y todo lo que sigue. ¡Maldición!
Por eso existen cosméticos especiales para pieles sensibles que están formulados para respetar esa fragilidad y aportarle la protección que le falta. Suelen ser pieles finas y delicadas que necesitan mucho mimo y poca guerra.
Cuando el nivel de reacción y de molestias sube de manera que se irrita por nada, inflamándose por cualquier causa y pica, se ha vuelto una piel hipersensible, léase reactiva. Hay que encontrar un producto cosmético que le ayude a recuperar la tolerancia que ha perdido, hacer que la barrera vuelva a ser fuerte.
El caso de la piel alérgica es la que presenta síntomas de sensibilidad porque algo en su sistema inmunológico falla al contacto con un determinado producto que contiene “eso” que le da alergia, se inflama-pica-enrojece. El premio del millón es saber qué es “eso” y no utilizarlo más.
Puedes visitar a un dermatólogo, hacerte pruebas de alergia o también ir descartando factores externos y productos concretos de tu neceser para intentar averiguar qué es lo que no le sienta bien a tu piel. Y muchas veces te vas a quedar con la duda cuando se te pasa y no vuelve a pasar nunca más por arte de magia potagia.
Vía | Curso de formación Payot
Foto | Fotolia, Deporteaccion
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