Este proyecto del estudio de arquitectura brasileño Marienes + Patalano ahonda en las más profundas raíces de su tierra y se inspira en la arquitectura indígena y en las condiciones atmosféricas, cálidas y húmedas, para diseñar esta casa en Río de Janeiro.
La cubierta, en madera laminada de eucalipto, con la forma de una gigantesca hoja protege del sol todas las habitaciones de la casa, así como los espacios libres entre ellas. Esos espacios libres representan la esencia del proyecto, y como no podía ser menos, son los espacios más interesantes y más utilizados por las personas que habitan en la casa.
Pensada para que el viento, que llega frontalmente del mar hacia la casa la atraviese, facilitando el acceso de ventilación y enfriamiento pasivo a todas las áreas de la casa, ya sean abiertas o cerradas, las alturas de la vivienda son libres y muy elevadas.
Esta casa de playa es un medio para mejorar y hacer más agradable la interacción del hombre con la naturaleza. Una vez más, el hombre quiere que su obra se funda con la naturaleza, pasando a formar parte de un mismo ser.
La integración entre el interior y el exterior, casi una fusión entre ambos. En este aspecto es interesante realzar el trabajo de la paisajista Marita Adania, desarrolado en la planta baja de la casa, tanto por el uso de vegetación como por la piscina que al atravesar la casa se transforma en un espejo de agua en el porche llamado el "lounge brasileiro" por la adopción de redes para el área de descanso de la sauna, enterrada en el terreno que comienza a subir a partir de este porche.
Toda la estructura del tejado, debido a su geometría compleja es construído en pequeñas piezas de madera de eucalipto, que, al igual que el pino son especies plantadas para la reforestación y usadas como materias primas renovables, por la velocidad que alcanzan en el momento ideal de ser taladas.
Las aguas convergen en un pilar metálico central, y son recogidas para su posterior reaprovechamiento. Todas las superficies de acabados de la casa, a excepción del vidrio y el cobre patinado, son naturales: pizarra en tiras, madera natural, madera de cruceta de poste en el suelo y tramas de bambú.
El uso de estos materiales naturales, del vidrio y del cobre patinado, que adquiere un tono verdoso y tiene una vida útil muy larga, y la estética orgánica rica en detalles con diferentes ritmos y texturas, provocó un hecho interesante: La sensación de que la casa nueva, parece estar allí desde siempre, en gran harmonía con la naturaleza exuberante de Angra. La sensación de pertenecer al lugar.
El mobiliario que puebla la casa está,casi en su totalidad, proyectado y producido por diseñadores brasileños.
Un impresionante trabajo de arquitectura y diseño ecológico, ecoeficiencia low-tech... ¿Estamos realmente cambiando nuestra manera de entender y construir?
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