Recuerdo que en lo más apartado del jardín de mi abuela materna había una casita de juegos en la que los niños pasábamos horas. Era nuestro refugio, nuetro espacio privado y esos recuerdos son de los que no se olvidan nunca. Pero en nada se parecía al Poliedro habitable de Manuel Villa.
Los propietarios de la casa que ves en las fotos encargaron al arquitecto una casita con la misma idea de espacio de ocio y actividades lúdicas que pudiera ser compartida incluso entre padres e hijos. Y el resultado es esta espectacular cabaña de lujo diseñada como un poliedro.
Totalmente integrado en el jardín, el Poliedro recuerda a una casa de montaña por los colores y materiales exteriores. Ventanas laterales para que entre luz natural y aire fresco. No hay que ser niño para ver las posibilidades de descanso y ocio que abre este poliedro.
En el interior han dispuesto un espacio de descanso con sofá, una zona de dibujo y una mesa auxiliar. ¿Puzzles, cuadros de un futuro artista, zona perfecta de lectura? Cada uno con su imaginación puede elaborar su propia lista. Si tuviera espacio en el jardín, casi mandaría colocar dos Poliedros, uno sólo para mí.
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