No puedo dejar pasar la ocasión de alabar los pescados al grill o al horno de los restaurantes: siempre saben mejor que en casa. Dejando aparte la frustración que me supone como aficionada a la cocina, sé que muchos de vosotros no pedís pescado porque las espinas os agobian.
Si sois de éstos, aprovechad cuando vais a comer al restaurante y pedid que lo desespinen. Los camareros saben cómo hacerlo a la perfección y estropeareis menos pescado. Visto las atrocidades que hacen algunos comensales, es casi una norma de respeto por el pobre pescado.
Si además el restaurante tiene la costumbre de realizar este trabajo (no tan complicado por otra parte) delante del cliente, mejor que mejor: es un placer verlos trabajar. Hacen que parezca un juego de niños. Sólo te quedará saborearlo sin espinas.
Foto | neil banas En Embelezzia | Comemos en el Sergi Arola Gastro, Comer la fruta con cuchillo y tenedor