Intentar reservar en El Bulli es muy frustrante

Otra temporada, y la última antes de la nueva etapa para la que se está preparando el mejor restaurante del mundo, sin posibilidad de reserva en El Bulli: es frustrante. La última oportunidad para disfrutar del menú degustación en el ambiente actual del restaurante de Cala Montjoi finaliza este próximo mes de diciembre.

A partir de entonces y a su regreso anunciado para el 2014, será El Bulli pero otro concepto, nueva decoración y nuevas directrices. Es el tercer año que intento reservar sin resultado. Cada año he enviado el email de rigor justo cuando abren el período de inscripción. Yo y unas 8.000 personas más, claro. Entre ellas, las dos personas con las que pretendo compartir mesa: hemos atacado por tres flancos.

De éstas, más de la mitad nos quedamos con el babero puesto y ese sentimiento de frustración cuando recibes la respuesta: “La demanda ha superado de nuevo nuestras limitadas posibilidades de reserva y sentimos no poder complacer más peticiones para el 2010”.

En realidad, este año envié el email en enero 2010, demasiado tarde. Teniendo en cuenta que el resultado es el mismo tampoco fue tal fallo. Entonces te contentas con ver los fantásticos reportajes en televisión con la boca abierta sobre la elaboración de los platos y demás. La cierras de golpe apretando los dientes de rabia contenida cuando ves el subtítulo de “clientes del restaurante” en la pantalla: uno o dos comensales que comentan en la entrevista a los medios las bondades de cada año.

Que el dinero y las influencias te permiten el lujo supremo de poder tener una mesa en El Bulli temprada tras temporada, no sorprende a nadie. Yo mismo conozco a más de una persona con esa suerte, a otra que lo ha conseguido a través del amigo de un amigo que conoce …

El mundo del lujo también tiene sus injusticias como todos los mundos. Pero os confieso que algo de todo ello me sorprende puesto que Ferran Adrià y colaboradores parecen personas abordables, sin ese halo de insufribles personajes que tanto abundan a ese nivel de merecida fama. Talleres, conferencias, y eventos varios para acercar toda esa magia gastronómica de mil tenedores a los demás mortales.

¿Porqué no atender peticiones de reservas que año tras año obtienen una respuesta negativa? Este gesto no les restaría exclusividad. Si estuviera en su lugar y al final de los gloriosos días de El Bulli (quiero pensar que será eterno), me gustaría mucho más que me recordaran por “una vez conseguí comer en El Bulli tras muchos intentos” que por el mal sabor de boca de nunca haber experimentado esa comida. En palabras de un amigo que estuvo comiendo allí hace dos semanas, más que una comida es un espectáculo de elaboración, presentación y sabor. Se añadió la envídia a mi frustración anual.

Foto | katablok.blogspot.com, El rincón de Joaquín, Joseph Mallozzi’s Weblog, Tempra Tantrum
En Embelezzia | Los documentales de ‘La 2’ sobre El Bulli

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