La colección cápsula de Marni para H&M se ponía hoy a la venta a las 10:00 de la mañana en algunas ciudades de España, entre ellas Madrid. H&M invitó a Trendencias a ir a Madrid y Bilbao (Chloe aportará su visión más tarde) a la preventa de 8:30 a 9:30 y las impresiones que pude sacar de ello fueron negativas puesto que al llegar (sobre las 9:00) ya estaba todo agotado.
Poco stock, cero compras
Para quienes no conozcáis la tienda de H&M en Gran Vía de Madrid os la describo un poco con la intención de recrear un poco la escena: es el antiguo Cine Avenida convertido en una espectacular tienda de varios pisos. Cada uno de estos son de una amplitud muy generosa. Desconozco los metros cuadrados pero hay muchos estantes repartidos por toda la superficie y sitio para pasar entre ellos “sin problemas”. Pues bien, la colección de Marni para H&M tenía solo un espacio reservado del primer piso, un espacio que podría equivaler a menos de un cuarto de esa zona. Un cuarto de un edificio de cuatro plantas.
En ese apartado había una mesa amplia que veis en las imágenes y varios percheros. Lo mismo había 10, pero no los conté. Algunos con estanterías, otros solo con perchas colgadas. Al llegar ya estaba todo vaciado. Una colección con cerca de 46 piezas agotada en menos de 30 minutos por escasos invitados de prensa.
Pregunté a los empleados de H&M y la respuesta era clara: no habían traído casi nada de stock (la cifra exacta no me la pudieron dar, sí había una prenda mínimo por talla). Los que fuimos invitados teníamos la limitación de coger una prenda de cada máximo, por lo que o alguien cogió un camión o hay algún fallo de cálculo. Lo peor es que la colección que se iba a poner a disposición del público iba a ser la misma cantidad (o un poco más) que a nosotros, según me comentaron desde H&M. No me quiero imaginar qué quedaba a las 10:30 en la tienda.
Volviendo a la colección. El acabado de las prendas era corriente, ninguna sorpresa por esta parte. No he tenido la suerte de poder disfrutar de un Marni en persona pero me temo que cualquier comparación puede ser odiosa. Esto es lógico. Hablamos de vestidos de H&M con patrones de diseño de Marni. Aún así los precios no eran tan económicos como es habitual, también lógico ya que la calidad sí era un poco mejor.
Me sorprendió ver en un espacio tan desangelado algunas prendas sueltas que no gozaban ni siquiera de la aprobación de unos compradores con ganas de pasar por caja (yo el primero). Un vestido azul, una de las camisetas verdes a rayas y una camiseta estampada estaban faltas de amor que no tuvieron.
Mañana se pondrá a la venta el escaparate y la exhibición que hoy no se podía comprar (solo lo dispuesto en las estanterías). A primera hora de la mañana. Por si alguien tiene cuerpo y quiere probar nuevos retos en esta vida.
Una colección de hombre anodina
En la colección de hombre había más stock sin vender. El público invitado era más femenino que masculino y esta parte de la colección estaba en la planta baja. Por mi parte no vi nada interesante en ella. Nunca me pondría una camisa de esos estampados o con los cuellos con un contraste tan grande con el resto, no es mi estilo. Los abrigos y los jerséis no me transmitieron nada especial por lo que mereciese pagar los más de 100 euros que podían valer.
Escasa demanda de público
Afuera del edificio la fila de compradores a la espera de entrar tras la apertura al público era escasa. Lo mismo habría entre 30 y 40 personas (reitero que lo mío no es hacer sondeos a ojo). Las primeras de la fila estaban ahí desde las 7:50 de la mañana. Por suerte hacía bueno. Circunstancia que nada tenía que ver con el interior de la tienda.
El sálvese quien pueda
H&M cambia la dinámica de la compra esta vez. Volvió el “sálvese quien pueda” cual escena de rebajas en los telediarios dos veces al año. No había zona acordonada como sí lo hubo en Versace, no había turnos, ni cualquier opción a hacer la compra más confortable. La experiencia de compra es nefasta pero mientras que siga habiendo demanda no cambiará.
Al final contrasta el bombo dado por H&M a una colección que después no ha tenido un stock mínimo en tienda. Por no hablar de la tienda online que estuvo colapsada (aún sigue a la hora de publicar este artículo). Con estas situaciones yo tengo la sensación de ir a hablar y soltar un balido. Espero que esto no ocurra un día cualquiera.
Fotos | Natxo Sobrado
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