En Estados Unidos juegan en otra liga a la hora de hacer política. La familia, sobre todo la mujer, es esencial para cualquier político y Michelle Obama es el mejor ejemplo de ello, teniendo un papel fundamental en la reelección como presidente de Estados Unidos de su marido, Barack Obama. La campaña también ha supuesto su reelección como primera dama.
En frente de Michelle Obama estuvo Ann Romney, la esposa de Mitt Romney. Un estilo clásico, una mujer del prototipo blanco de clase alta y conservador, con una melena y unas mechas que acaban de transmitir un aíre artificial tan lejano a la naturalidad de Michelle Obama que poco tenía que hacer.
Durante estos pasados cuatro años de gobierno, Michelle Obama no se ha quedado en la sombra. Su imagen ha sido un recurso en momentos en los que su marido podía estar en un punto muerto o de baja popularidad.
Marketing político aparte, lo cual es todo, Michelle Obama nos dejó momentos que acabaron volviéndose un viral masivo como este acto en público donde la primera dama se atrevía a bailar la música de Beyoncé y su imagen pública de persona afable y cercana (que no campechana) seguía creciendo.
En este último mes de octubre la campaña electoral llegaba a su fin con unas encuestas que hablan de un resultado tan igualado que podía pasar de todo, por lo que se intensificaron los actos en todos los estados del país en los que no faltó Michelle Obama. Ni mucho menos su generosa sonrisa con una dentadura que nunca esconde (hasta es difícil encontrar alguna fotografía en la que salga ocultándola).
La imagen de Michelle Obama sigue asociándose a los colores más vivos, a sus 48 años viste más juvenil que muchas de las jóvenes amantes del estilo abuela a lo Alexa Chung.
Los 1,82 metros de altura de Michelle van de la mano de habituales vestidos cortos, sin resultar excesivos, porque hay que mantener las formas de su cargo, claro…, con largos hasta la rodilla, o por momentos bajando un poco de esta.
Michelle Obama se decanta por vestidos con manga, ya sea corta o de tres cuartos, de nuevo la formalidad sin la necesidad de convertirse en algo cerradísimo.
Opta por un talle alto, prolongando aún más su figura, al mismo tiempo que puede disimular otros detalles con vestidos con vuelo y sin la necesidad de ir ceñidos.
Lo mismo con los pantalones, opta por los de talle alto, en negro, estilizando su figura y apuntándose a la moda de los wide leg pants que mi compañera Becaria de la moda recomendó cómo lucir mejor.
En una gran parte de todos sus estilismos dominan los estampados más vistosos, también en gran tamaño, puesto que ella no tiene ningún condicionante negativo para no usarlos.
Entre los diseñadores habituales de Michelle Obama destacan Michael Kors, no se pierde los más demandados por las famosas como Prabal Gurung o Rodarte, al mismo tiempo que ha lucido diseños de Narciso Rodríguez (a quien dio un buen impulso popular), Alexander McQueen, Peter Soronen, Jason Wu, Isabel Toledo, J. Crew, H&M, Thakoon, Moschino…
Michelle Obama ha superado en imagen por momentos a su marido, puesto que su posición no sufre el desgaste de la política al que sí sucumbe Obama.
Fotos | GTres
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