La vuelta de Sarah Jessica Parker ha sido sonada, muchos de sus seguidores nos preguntábamos dónde estaba quien protagonizase en su momento la mejor serie de moda de la historia (Sexo en Nueva York). La creíamos retirada, con looks muy desenfadados y hasta mi compañera Laia se preguntó que pasaría con la actriz estadounidense.
Por suerte, su retorno fue como su papel en la mencionada serie, aportando glamour gracias a su clase y sus estilistas. Sólo que al igual que en Sexo en NY, Sarah Jessica Parker está habituada a dar una de cal y una de arena. Por lo que, habiendo dado la de cal, faltaba la de arena.
En su última aparición, en el centro Robert F. Kennedy, con motivo de una gala a favor de los derechos humanos, la actriz estadounidense apostó por Giambattista Valli como firma de la noche y también se decidió por un estilo demasiado antiguo para su persona, con un peinado en forma de caballo que no lucía tan bien como cuando se suelta la melena.
Con un vestido superando la rodilla, todo ello de una pieza y de un color nude nada acertado para su piel (ya de por sí clara), Sarah Jessica Parker no brilló tanto como en otras ocasiones. Los peep toes negros, las dos grandes pulseras que llevaba o el bolso de tamaño medio mejoraban el resultado pero no lo hacían alcanzar un buen nivel.
Prefiero cuando arriesga más y cuando apuesta por combinaciones más difíciles que por vestidos y esilos tan clásicos.
Fotos | The Gossip Girls
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