¡Rebelión! Diferentes marcas, diferente talla ¿Cuál es el problema? ¿Y la solución?

 

De nuevo está aquí la pólémica de las tallas y si no has oído hablar de ella es que, o bien has estado introducida en una cápsula espacial o bien nunca se te ha dado el caso por lo que el asunto no ha provocado tu atencíón.

Pero lo cierto es que raro es que no te hayas topado con la siguiente circunstancia: Ruta de shopping, cambio de temporada..el bolsillo y la mente preparados para dispendios y despendoles monetarios. Has adelgazado-engordado 3 kilos desde la última incursión shoppinera y allí estás, entrando atropelladamente sin contraseña ni permiso en todas las mecas de la compra. Finaliza el día y tu shopping bag cuenta con un pantalón de la 38, una falda de la talla 40, una camiseta S, unos leggins M y una gran L en tu cabeza: la de !Qué Locura!

Basta ya, !Rebelión!. La asociación en defensa de la atención a la  anorexia y bulimia ha vuelto a hacer sonar la campana, tras 3 años del acuerdo con consumo la cosa sigue igual. ¿A qué se debe? ¿Protestamos? ¿Nos callamos?.

 

Personalmente me resulta indignante: 1 el total desentendimiento de las firmas por solucionar el caso y 2 el motivo por el que hacen oídos sordos al grito unánime de las mujeres.

No lo explicaré yo sino Lucía Corbeiro, gerente de la Asociación de Creadores de Moda de España:

“Si una mujer entra en una tienda y el pantalón o la chaqueta que le queda bien es una talla mayor a la que estaba usando, la clienta se indigna y no compra”, describe Corbeiro. “Por eso hoy, en contra de lo que la gente cree, se fabrican tallas más grandes pero no se varía la numeración que aparece en la etiqueta”, subraya. “Cada diseñador tiene sus tácticas”.

 


O lo que es lo mismo, el factor psicológico de la compra. La cuestión es hacerte sentir bien, hermosa y delgada, entonces desdenfundarás tu visa y la harás disparar. La cosa siempre ha existido, desde el Visual Merchandising cuyo objetivo es colocar, incitar y exponer todo del modo más atractivo posible, lo que sin duda no todos logran, hasta la luz de los probadores o los espejos “milagro”.

Pero el tema de las tallas es otro cantar que nos lleva a la confusión, el desencanto o el engaño. ¿Alquien conoce realmente cuál es su talla?. ¿No nos hemos acostumbrado ya a solicitar directamente una M en unos leggins, una 40 en unos shorts , una S en un trench y una M o una L en una falda tubo ? Parece ser que lo que vende  y lo que nos hace comprar es la juventud, de las siempre protagonistas de sus catálogos e imágenes de las tiendas, en ocasiones rozando la adolescencia y la delgadez con ese extraño juego con las tallas.

Esto hecho sólo ocurre desde hace algunos años así que que no me argumente nadie que es misión imposible poner de acuerdo a las firmas en su patronaje.

Cuestión aparte es la de la escasez de tallas. Esto es otro cantar. Cierto es que si nuestra talla está por encima de la 42, olvídate de ciertas tiendas y nuestro “problema” únicamente se solucionará en tiendas más tendentes al clasicismo y por lo general mucho más caras !Qué barbaridad, pardiez!

La respuesta a tal despropósito: parece ser que el mercado ha cambiado y lo que más vende son tanto sus tallas más pequeñas como las más grandes. Por ello, por un lado las firmas de pronto moda se empeñan en ese particular mundo de Gulliver en el que lo único grande son sus colas y por otro lado, diseñadores como Marc Jacobs se están planteando crear una colección especial de tallas grandes. Pero ¿qué ocurre con ese limbo de tallas entre unas y otas?


Consejos para no perder la razón eligiendo talla


 

 

Cada firma de ropa utiliza su propio tallaje y sus códigos para diferenciar unas tallas y otras, por esta razón se recomienda seguir una serie de consejos:

-Probársela es nuestra única opción o para mayor comodidad y gracias a las nuevas políticas de devolución, llevártela a casa. Exigimos para ello vendedores con formación al respecto y no estaría de más algún conocimiento de asesoría de imagen. Por ello decántate por los dependientes con mayor experiencia.

-El “me llevo una talla menos para cuando pierda dos kilos” jamás funciona como elemento persuasivo.

- Elige las prendas no sólo por su talla sino también por su tejido, su patrón y la forma de lavado.

Via | Gordos.org

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