Nos encanta conocer noticias llenas de esperanza, que hablan de personas que han conseguido darle la vuelta a una situación dramática. Y pocas situaciones más desesperadas podemos imaginarnos que crecer en la calle, sin un techo. Es el caso de Carsten Schertzer, que a los dieciséis años fue expulsado de su instituto y vivió durante dos años en las calles de Los Ángeles. Pero desde niño había sido un apasionado del skate y la fotografía, y eso le cambió la vida.
A los dieciocho años, decidió hacer algo por cambiar su situación. Se fue a San Francisco, con su portafolio de fotografías de skate como única garantía, y durmió durante meses en un coche, utilizando un Starbucks como oficina desde la que empezó a conseguir clientes para fotografía de bodas. Seis años después, sus fotos se encuentran entre las más demandadas, y ha viajado por cuatro continentes para hacer su trabajo, que ya siguen más de 20.000 personas en Instagram.
Imágenes | Ilumina Studios.
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