¿Que a estas alturas del 2016 todavía no has disfrutado de una sesión de cine con La Princesa Prometida? Nos parece i-n-c-o-n-c-e-b-i-b-l-e. El gran clásico del cine dirigido por Rob Reiner y protagonizado por Robin Wright y Cary Elwes, es la película perfecta para esas tardes de sofá y manta y te damos un montón de razones más para verla.
1.- Robin Wright consiguió ser la mujer más bella del mundo.
Sí, nos encanta Robin y ahora a sus “cuarentaymuchos” años y protagonizando House of Cards sigue estando estupenda. Pero en La Princesa Prometida consiguió convencernos de que era la mujer más guapa de la historia. Porque lo era.
2.- Y Cary Elwes, el héroe con el que todas soñábamos.
La carrera de este actor británico se quedó estancada después de este gran hit. Y la edad no ha sido muy bondadosa con aquel Errol Flynn de los 80.
3.- “Hola, soy Iñigo Montoya: tú mataste a mi padre, prepárate a morir.”
Una de las frases míticas de la historia del cine. Da igual que no hayas visto la peli (¿qué clase de bicho raro eres? ¿Vienes de Raticulín?), seguro que has pronunciado las palabras de Mandy Patinkin en alguna ocasión.
4.- Es muy divertida. De verdad. Realmente divertida.
El guión, firmado por William Goldman (autor también de la novela en la que estaba basado) está plagado de frases hilarantes, auténticas joyas con las que llorarás de la risa una y otra vez. Algunas de mis favoritas: “Sí hijo, el amor verdadero es lo más grande del mundo. A excepción de los bocadillos de cordero lechuga y tomate, cuando el tomate esta maduro y el cordero esta en su punto ¡Es tan sabroso!… ¡Me encanta!"; "No ha dicho «Amor verdadero», sino «Faroleeero». Estaríais jugando a las cartas, hizo trampas..." o "¿Por qué lleváis máscara? ¿Os quemasteis con ácido o algo parecido? Oh no, es que resulta muy cómodo, todo el mundo la llevará en el futuro."
5.- “Ed madimonio”.
Si no te ríes viendo esta escena, del humor más burdo, es que eres de cartón-piedra.
6.- Uno de los mejores combates de espadas de la historia del cine.
No lo digo yo. Lo dicen los académicos. Coreografiado por Bob Anderson, responsable también de los combates en El Señor de los Anillos y Star Wars (¡mega guau!), encontraréis más que un duelo clásico maravilloso, una escena llena de frases descacharrantes y embistes histriónicos. Y yo tampoco soy zurda.
7.- Billy Cristal como El Milagroso Max o cómo echar del plató al director porque no se aguantaba de la risa.
Cuenta Cary Elwes en una entrevista que dio hace años que rodar la escena en la cabaña de El Milagroso Max fue terriblemente difícil porque Billy Cristal no paraba de improvisar chistes y de saltarse el guión provocando que todo el mundo, incluido él que tenía que aparentar que había muerto, se partía de risa. Al final, la escena tuvo que rodarse sin la presencia del director, cuyas carcajadas se colaban en cada plano.
8.- El amor hacia la lectura.
Si hay algo a destacar en La Princesa Prometida (y en la novela en la que está basada la película, insisto, hazte con un ejemplar), es el amor incondicional que desprende por la lectura. Es maravilloso escuchar a Peter Falk convenciendo a su nieto, un jovencísimo Fred Savage, de lo mucho que se puede disfrutar con un libro. Y consiguiéndolo al final.
9.- El espíritu deportivo de Fezzik, la caballerosidad de Iñigo Montoya, la justicia de El Hombre de Negro.
Parecerá que son malos, brutos y unos malandrines, hombres de malvivir y peores pintas, pero no encontraremos personajes más nobles y honrados. Fieles a unos principios éticos altísimos y los auténticos caballeros de esta aventura. Y el tipo de amigos con los que te gustaría contar para el resto de tu vida, en los mejores... y en los peores momentos.
10.- La Brigada Brutal.
Ojalá una Brigada Brutal en mi vecindario. No digo más.
11.- La Batalla de Ingenios.
Vizzini vs El Hombre de Negro en una batalla para quedarse con la princesa. Un duelo de intelecto del que me quedo con la frase "no te mezcles en una guerra de conquista en Asia" y "nunca luches contra un siciliano cuando la muerte está al acecho."
12.- Los R.A.G. de El Pantano de Fuego.
¿Un acróstico para nombrar a una criatura horrible en una película de aventuras? Sí, por qué no. El guión de William Goldman está lleno de pequeños detalles como este, que consiguen fusionar códigos de géneros diferentes de una manera perfecta.
13.- La B.S.O. de Mark Knopfler.
No me pegaba nada que la banda sonora de un film de aventuras y romance, con marcado ambiente medieval viniera de la mano del líder de los Dire Straits, pero la verdad es que para Mark Knopfler era ya su cuarta banda sonora y supo estar a la altura. El título Storybook Love estuvo nominado en 1988 en la categoría de Mejor Canción Original en los Oscar de la Academia.
14.- El malo no muere.
La Princesa Prometida nos sigue dando lecciones de ética y caballerosidad. Al final de la película, Westley decide no acabar con la vida del Príncipe Humperdinck, demostrando que no siempre hay que cumplir los patrones del cine clásico y que el malo no siempre tiene que perder. Me encanta.
15.- “Como desees.”
¿Quién no ha soñado con que el objeto de sus deseos le dijera esto alguna vez?
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