Están con nosotros desde la primera vez que abrimos las páginas del libro que protagonizaban. Nos hemos enamorado de ellas, obsesionado y, muchas veces, nos habríamos intercambiado con ellas. Pero también pueden ser un fantástico ejemplo en el que inspirarse para resolver nuestros problemas cotidianos.
1.- Elizabeth Bennet de Orgullo y Prejuicio (Jane Austen).
Se recomienda para esas ocasiones en las que sientes la presión familiar sobre tu cabeza.
Una de las heroínas favoritas de la historia de la literatura. Lizzy Bennet nos gusta porque desafía a las convenciones de su época, por su pasión por la lectura, por su melena suelta al viento, por sus enaguas manchadas de barro y por su sentido del humor. Pero especialmente porque es fiel a sí misma y aunque sabe que la suerte de su familia depende de que ella acepte la proposición del señor Collins, lo rechaza de un plumazo. Y más tarde, también tiene el coraje de rechazar a uno de los hombres más ricos de Inglaterra, lo que supondría la salvación para todas sus hermanas.
Qué podemos aprender de ella: Elizabeth Bennett nos enseña a no abandonar la esperanza de que podemos encontrar a la pareja con la que soñamos sin presiones externas.
2.- Jane Eyre (Charlotte Brönte),
Administrar una dosis cuando te sientas poca cosa.
Huérfana, pobre, normal, ninguneada (y hasta maltratada) por su propia familia, Jane es abandonada en un colegio siniestro para señoritas desde muy pequeña. Pero eso no la empequeñece. Al revés: está decidida a valerse por sí misma con sus conocimientos y su determinación. Jane es un pozo de calma, con un gran autocontrol y una sinceridad arrolladora (como cuando le confiesa al señor Rochester que no lo encuentra atractivo). Pero realmente se convierte en una heroína de verdad cuando descubre que su prometido está casado y se niega a permanecer con él como su amante. Y no, no es porque le importen los convencionalismos sociales sino porque no sería fiel a sí misma.
Qué podemos aprender de ella: nos enseña que no tenemos por qué ser atractivos para valorarnos y a aferrarnos a nuestras propias ideas y fe.
3.- Ana de las Tejas Verdes (Lucy Maud Montgomery).
Tomar una buena dosis cuando sufres de una imaginación desmesurada.
Ser demasiado fantasiosa es un problema para Ana (ella prefiere Anne) Shirley. Se pasa todo el día fantaseando y eso provoca más de un caos y que un ratón se caiga en las natillas. Pero cuando conoces su triste infancia entiendes por qué es así: necesitaba escapar del horror como fuera. Sin embargo, lo que para su sensata madre adoptiva, Marilla Cuthbert, es una pérdida de tiempo pronto se convierte en el gran talento de Anne. Porque tener mucha imaginación no es tan malo como parece sino una forma de llegar a los demás, alegrarles la vida y entender mejor sus problemas. Y también el punto de partida para desarrollar su carrera profesional como escritora.
Qué podemos aprender de ella: a canalizar nuestras fantasías y convertirlas en algo productivo.
4.- Escarlata O´Hara de Lo que el viento se llevó (Margaret Mitchell).
Se recomienda una dosis cuando necesitas sobreponerte a unas circunstancias excepcionales.
Cuando lees Lo que el viento se llevó la primera impresión que tienes de Escarlata O´Hara es que es una criatura caprichosa y egoísta, obsesionada por el tamaño de su cintura, por Ashley Wilkes y por destrozar corazones a su alrededor. Pero según avanza la historia y el sur se sumerge en la destrucción y la hambruna, sale a relucir la verdadera Escarlata. La que se queja porque su madre no le enseñó nada útil para sobrevivir, la que se queja de la carga de las bocas que tiene que alimentar, pero se jura a sí misma que jamás volverá a pasar hambre, la que acude a pedir dinero a Rhett Butler vestida con unas cortinas y las manos destrozadas de tanto trabajar. Pero cuando la verdadera fuerza de esta heroína sale a relucir es cuando descubre que es un as para los negocios y para los números, mucho mejor que su marido Frank. Tanto que no sólo consigue remontar su negocio sino también sacar de la quiebra a su adorado Ashley.
Qué podemos aprender de ella: a no dejar de luchar, a adaptarnos a cada situación para sobrevivir como sea y a detectar el talento que hay en nosotras, aunque nadie nos lo haya enseñado nunca.
5.- Hermione Granger de la serie de Harry Potter (J.K.Rowling).
Indicada: cuando te critican por ser una empollona.
He aquí una heroína que tiene ansias de aprender y mejorar: se matricula de todas las asignaturas, aunque no las necesite porque quiere saberlo todo. Pero no es la típica empollona sabelotodo que presume de conocimientos. En el fondo es una maravillosa amiga que ayuda a sus compañeros menos comprometidos con los estudios y una mujer valiente cuando hay que enfrentarse a las fuerzas siniestras del Mal. Además encabeza la defensa de los Elfos Domésticos, tiene mucha conciencia social (algo que podría compartir con Emma Watson, la actriz que la interpreta en las versiones cinematográficas)
Qué podemos aprender de ella: que querer saber siempre algo más nos ayuda a convertirnos en mejores personas. No es una cuestión de orgullo y prepotencia, sino de inquietud.
6.- Miss Marple (de Agatha Christie).
Indicada cuando necesites demostrarte que la edad no es un impedimento para ser increíble.
El personaje de Miss Marple aparece por primera vez en El Club de los martes, el primero de un conjunto de relatos publicados por Agatha Christie en revistas y que más tarde formarían un libro titulado La Señorita Marple y trece problemas. Parece increíble que esta anciana de apariencia frágil y anticuada tenga esa asombrosa capacidad para resolver crímenes y misterios. Es una magnífica conocedora de la naturaleza humana y una gran observadora, pero lo más divertido es verla resolver casos estableciendo paralelismos con el microcosmos en el que habita, un pueblo de la Inglaterra rural. Su intuición, basada en su experiencia, y su inteligencia son las claves de su éxito.
Qué podemos aprender de ella: que no hay que tratar con condescendencia a la gente más mayor y que su experiencia y opiniones pueden ser mucho más valiosas de lo que imaginamos.
7.- Bridget Jones de El diario de Bridget Jones (Helen Fielding).
Se recomienda una dosis cuando necesitas reírte de ti misma y de tus problemas.
Soltera, fumadora empedernida, obsesiva con el tamaño de sus muslos y maestra del “mañana -ya si eso- empiezo”, Bridget Jones nos conquistó porque podría ser cualquier mujer. Empatizó con toda una generación y nos hizo darnos cuenta de nuestras propias obsesiones y fallos… para reírnos de ello. Es una heroína que no ceja en su empeño de cambiar su vida, aunque no haga más que fracasar, y que se reinventa cada día.
Qué podemos aprender de ella: a definir nuestros objetivos en la vida y no cejar en intentar ser mejores personas. Y en hacernos respetar por todo el mundo, especialmente por ese jefe tan guapo pero tan granuja.
8.- Josephine March de Mujercitas (L. May Alcott).
Consumir en esas ocasiones en las que no te conformas con el papel que te ha tocado vivir.
Jo March tiene un problema: su carácter. Es impetuosa, excéntrica y totalmente diferente a cualquier mujer de su época. Mientras sus hermanas viven una vida sencilla y aspiran a casarse y ser felices, ella sueña con ser una gran escritora o debutar en los escenarios como actriz. Para ella ser mujer es un inconveniente y lo demuestra cuando se corta el pelo (símbolo de su femineidad) para ayudar a sus padres o cuando rechaza la propuesta de matrimonio de su mejor amigo porque ella aspira a hacer algo más en la vida que casarse (vale, y porque no está enamorada de Laurie). Sin miedo a volar, hace las maletas y pone rumbo a Nueva York dispuesta a luchar por hacer lo que ella sueña y aunque se le cierran muchas puertas, no ceja en su intento hasta que consigue encontrar su propia voz.
Qué podemos aprender de ella: que no hay que renunciar a ser una misma y a sus sueños por miedo a no encajar en nuestro ambiente o a lo que digan los demás.
9.- Pippi Långstrump de Pippi Calzaslargas (Astrid Lindgren.)
Administrar cuando necesitas saber que todo es posible si tú quieres que sea posible.
Trenzas rojas imposibles, cara pecosa y todo un terremoto, Pippi es una niña que vive sola en su casa y no necesita a nadie más para ser feliz. Valiente y fuerte, está dotada de una imaginación portentosa. Ajena a las convenciones sociales, es un espíritu libre que disfruta de la vida como viene y siempre piensa que todo puede terminar solucionándose.
Qué podemos aprender de ella: Pippi nos enseña a ser más libres y por su condición de mujer independiente se convirtió en un referente para las feministas.
En Trendencias|13 libros que te arrancarán una sonrisa (aunque tengas un mal día)
Ver todos los comentarios en https://www.trendencias.com
VER 2 Comentarios