Es probable que tú también tengas una voz permanente en tu cabeza que parece no callarse nunca. Dependiendo de tus creencias y experiencias, esta voz puede tender a ser más positiva o negativa. Si tienes una voz negativa, tenderás a criticar(te), a pensar desde el miedo y a limitar todo tu potencial. Pero tranquila, esta voz es automática, puesto que tú no decides pensar "voy a criticarme o machacarme un poco".
En un año en que nos hemos vuelto a ver absortos y desbordados por la pandemia, con más noticias malas que buenas, los expertos consultados apuestan por cerrar el año apostando por el agradecimiento. Es decir, recoger todo lo bueno que nos ha pasado y dar las gracias porque, a pesar de todo lo malo, siempre hay miles de razones para celebrar.
Cuando agradeces lo que eres y lo que tienes, todo cambia
"Agradecer activa la corteza prefrontal, que está asociada a procesos como el aprendizaje y la toma de decisiones", recoge Cynthia Hurtado-Müller, licenciada en Psicología y fundadora de la plataforma Neurofyok.
"La gratitud ha mostrado sus efectos a lo largo de los años", afirma David Lanzas, psicólogo. Nos explica que tener una mirada agradecida hacia la vida hace que pongamos el foco en cosas que damos por hecho y que constantemente pasan desapercibidas en nuestro día a día.
Lanzas nos recuerdas algunos de los beneficios que te va a aportar empezar a practicar la gratitud, como mejorar el sistema inmunitario reduciendo el número de síntomas físicos, contribuye a la sensación de bienestar, regula el estrés, aumenta los niveles de dopamina, lo cual ayuda a hacer frente al dolor físico, mejora el sueño, aumenta nuestra felicidad y mejora nuestro estado de ánimo.
"Cuando aprendes a dejar de quejarte y agradeces todo lo que tienes y eres, todo cambia", garantiza María De Mondo, experta en sesiones de coaching online y enfocada en paz interior.
Nos recuerda que hay muchos aspectos que no solemos valorar en el día a día y por los que hemos de estar infinitamente agradecidos; como la salud, tener un hogar, comida y agua caliente, tener alrededor gente que se alegra con mis éxitos, trabajar al lado de compañeros que considero de la familia, todo lo logrado y superado hasta el día de hoy, la fortaleza cuando más se ha necesitado, todo lo que eres y todo lo que no eres...
En definitiva, todos los días tenemos algo por lo que dar gracias y ser conscientes de ello es sumamente valioso. Te hace sentir paz, en calma, plena, satisfecha, feliz... te hace sonreír.
Practica el autocuidado
El autocuidado está directamente relacionado con el agradecimiento. "Es una muestra de amor propio, dándonos el espacio y la prioridad que necesitamos y merecemos", explica María De Mondo.
Porque, según sostiene, cuidando nuestro diálogo interior estimulamos nuevos aprendizajes, al igual que cuidando nuestro corazón y escuchando cómo nos sentimos identificaremos lo que se necesita.
Hazte cargo de tu diálogo interior y recuerda que tú no eres tus pensamientos
De Mondo añade que dejar la queja y empezar a agradecer es uno de los hábitos básicos para transformar nuestra vida. La clave, sostiene, está en hacernos cargo de nuestro diálogo interior. Es decir, hablarnos con amor y cambiar la dinámica del machaque constante:
- Identifica cuando está pasando y crea consciencia. Sal del automático.
- No te identifiques con esta voz. Tú no eres tus pensamientos. Conviértete en su observador.
- Recupera tu poder y cuestiona todo lo que esta voz te está diciendo.
- Elige cambiar tu diálogo interior y hablar desde el amor y la compasión.
- Comprométete a hacer este ejercicio diariamente. Tienes que reeducar a tu mente y eso lleva tiempo y dedicación.
Fotos | 'Amor de calendario', 'Love Actually'
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