11 cosas maravillosas que puedes hacer por ti y por tu ex tras la ruptura (pero sobre todo, por ti)

La amistad con un ex es un tema sobre el que todo el mundo parece tener una opinión. Para algunos es imposible; para otros, una buena idea aunque utópica; unos cuantos consiguen una amistad sincera. Hay relaciones de todo tipo y también exrelaciones para todos los gustos. Algunas, aquellas en las que aún queda un poso de cariño sincero más allá del final del amor romántico, pueden derivar en una nueva realidad en la que hay muchas cosas que podréis hacer el uno por el otro. No es fácil, para nada: requiere esfuerzo y no perder de vista el objetivo si quieres no perder el contacto con esa persona que fue tan importante para ti.

Dejar de lado los reproches

No estar constantemente dando vueltas a qué funcionó, qué no funcionó y, sobre todo, quién fue el culpable, nunca lleva a nada bueno. Si uno de los dos es incapaz de superar el rencor, la amistad será imposible y, además, probablemente no merecerá la pena.

Aceptar una nueva realidad

Tras una época de transición más o menos dilatada en el tiempo, ambos ex aceptarán la nueva realidad. O eso sería lo ideal, ya no por el bien del otro, sino de uno mismo. En esa nueva realidad, ya no seremos la persona más importante de la vida del otro, no veremos nuestro futuro a su lado... Habremos perdido una parte de algo que quisimos, pero podemos construir algo nuevo juntos.

Respetar lo que vivisteis

Toda persona que haya pasado una ruptura sabe que hay fases del duelo en las que toda la relación parece un gran error espantoso y otras en las que solo recordamos los arcoíris de gominola y los bailes a la luz de la luna. Solo el tiempo da la perspectiva de valorar que, como en todo, hubo cosas buenas y malas. Respetar los recuerdos es algo maravilloso que podréis hacer el uno por el otro.

Daros espacio

Una de las cosas más complicadas del fin de una relación es crear nuevas rutinas. En algunos casos, son muchos años acostumbrados a que determinadas costumbres vayan unidas a la otra persona. Dejemos de llamar para que nos coloquen una estantería, nos hagan albóndigas de pollo o nos acompañen a visitar a la tía del pueblo. Un día vale, todas las semanas... no. Los dos necesitáis espacio para rehacer vuestras vidas.

Respetaros en público

Es fácil, muy fácil, caer en la tentación de hacer un aquelarre con amigos para criticar a un ex. Caer en el insulto facilón sobre alguien a quien un día consideramos la persona ideal para compartir nuestra vida es una forma de insultarse a uno mismo. Incluso aunque no queráis tener ninguna relación post separación, respetaros como personas será siempre una manera de inteligencia emocional.

Aceptar a su nueva pareja

El momento en que uno de los dos tiene otra pareja es, quizá, la mayor prueba de fuego por la que pasa una amistad entre exparejas. Hasta al más preparado le puede dar un pinchacito de celos o esa autopregunta tan dañina de «¿qué tiene este/esta que no tuviera yo?». Extirpar esa pregunta de nuestra mente y aceptar a esa nueva pareja es un gran favor mutuo que os podéis hacer.

No hacer a nadie elegir

Cuando una pareja se separa, su entorno tiende a elegir. La mayoría se quedan con el más cercano, otros buscan culpables y empatizan con la víctima. ¿No sería todo más sencillo si nadie tuviera que elegir? ¿Si, aunque ni siquiera seamos amigos, al menos compartamos cortesía cuando nos toque compartir tiempo con las personas que tenemos en común?

No dar esperanzas de segundas partes

Uno de los grandes obstáculos para superar una ruptura es mantener la esperanza de una reconciliación. Si todo ha quedado ya roto, si incluso se han hecho reintentos fallidos... la mejor manera de seguir adelante es ser sincero, no dar al dejado la esperanza de retomar algo en lo que ya no creemos. Será duro, la tentación de dejar la puerta abierta será grande, pero la sinceridad siempre será un regalo que acabaremos agradeciendo si tu intención no es la de volver con tu ex.

Alegraros por los éxitos del otro

Ay, qué tentación tan mala la de tener envidia cuando algo le va bien al otro. Que si tiene un éxito profesional y se va a celebrarlo a Nueva York cuando en vuestros buenos tiempos apenas os llegaba el cash para una escapadita de fin de semana a una casa rural. Esas cosas que nos dan un ramalazo de maldad interior. Y la maldad no nos hace ningún bien. Si queda algo de cariño entre vosotros, ¿por qué no celebrar los éxitos mutuos?

Aguantaros manías que solo vosotros conocéis

Hay veces en que nuestras neuras personales solo las llega a conocer la persona con la que convivimos. Y no se nos van a olvidar por haber firmado el divorcio. Así que, si sabes que tiene gripe y que solo se le pasará el disgusto con sopa casera, prepárale un tupper y demuéstrale que, aunque en la distancia, seguís conociéndoos.

Quereros

De otra manera. Sin amor romántico. Sin sueños de futuro compartidos. Sin celos. Sin malos rollos. Pasadlo bien. Divertíos. Reíd juntos. Como con cualquier amigo. Uno con el que compartisteis pasado y un montón de cosas bonitas.

Fotos | Pixabay, Unsplash.

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