Sexo divertido. Sexo impredecible. Sexo íntimo y de conexión total. El masaje sensual puede ser la clave para lograr todo aquello que esperas y buscas en las relaciones sexuales. ¿El secreto? Según los sexólogos, todo es cuestión de explorar esos “otros” puntos erógenos que esconde nuestro mapa erótico corporal.
En una conferencia sobre sexualidad de la Asociación Sexpol de Madrid a la que asistí hace años, el sexólogo ponente explicaba que unos de los factores que empobrecían nuestra vida sexual era la cultura en la que vivimos, enfocada exclusivamente en la genitalidad. También comentó que las mujeres poseíamos once penes: uno en la boca, cinco en una mano y otros cinco en la otra; todos ellos capaces de procurarnos placer. ¿El secreto para unas relaciones sexuales satisfactorias? Explorar, palpar y sentir el sexo con cada uno de nuestros sentidos.
Independientemente de la elección de palabras que utilizó para su argumentación, aquel sexólogo desvelaba una de las causas más comunes de la desidia y el aburrimiento en la cama. Con frecuencia la obsesión por alcanzar el clímax de manera inmediata, nos lleva a pulsar las teclas claves (boca-pecho-genitales) como si se tratara de la única contraseña para abrir la caja fuerte del placer sexual. Y lo sorprendente de todo es que colgamos la medalla de buen amante a aquel o aquella que lo consigue con pasmosa habilidad y en un tiempo récord.
Sin desmerecer el buen hacer de estos amantes, los sexólogos afirman que las personas que focalizan los juegos previos en la ruta 66 del orgasmo (boca-pecho-genitales) se pierden gran parte de la magia que esconde nuestra sexualidad. El mapa erótico del cuerpo es mucho más extenso, infinito; y si uno está dispuesto a hacer turismo de calidad, sería una torpeza no visitar los enclaves más emblemáticos.
1. Zona baja de la espalda y coxis
Según los expertos en Shiatsu, masajear la zona lumbar y ejercer presión por intervalos de 30 segundos sobre el último hueso de la columna aumenta el flujo sanguíneo y la energía sexual hacia el área genital. Si además masajeamos este punto durante la penetración, la respuesta sexual se incrementará y serás más fácil alcanzar el orgasmo.
2. La adorada “V” abdominal
¿Sabías que los abdominales oblicuos sirven para algo más que lucirlos en la playa? ¿Y que tampoco es necesario tonificarlos a diario para gozar de sus talentos? El verdadero valor añadido de estos músculos es que si los masajeamos suavemente la sensación de placer en el área genital se multiplica. De hecho, durante el sexo oral recomiendan dibujar movimientos rotatorios sobre el bajo vientre y el hueso de la cadera para potenciar estas sensaciones.
3. Con los ojos puestos en la nuca
Existen varias razones por las que el cuello y, en concreto, la nuca concentran un gran poder erógeno. La primera responde a cuestiones meramente biológicas: su alto nivel de flujo sanguíneo convierte a esta zona en una de las partes del cuerpo más sensibles y calientes.
Otra de las razones reside en ese sentimiento de vulnerabilidad e intimidad asociado a la zona del cuello. Para que lo entiendas mejor: imagina que viajas en un vagón de metro concurrido. ¿Qué te incomoda más? ¿El brazo de un desconocido pegado al tuyo o sentir su respiración sobre tu nuca? Salvo excepciones, a casi todos nos resulta más violento la segunda situación. ¿Por qué? Instintivamente, nos saltan las alarmas: “señor desconocido, estás demasiado cerca, invades mi espacio personal y no te veo… ¡danger!”. Sin embargo, cuando a nuestra pareja le damos vía libre para proceder en esa área reservada, la vulnerabilidad se transforma en todo morbo, tensión sexual y complicidad.
4. Hot shot: el interior de las rodillas
Al igual que la zona del cuello, la cara interna de las rodilla goza de un tejido cutáneo hipersensible y con gran número de vasos sanguíneos. A muchos hombres les parece muy sexi la curvatura de la pierna de una mujer y rara vez se olvidan de ella durante los juegos previos. Por contra, existe una tendencia femenina a obviar las piernas del hombre como objeto de deseo y placer; y es una auténtica lástima, porque les estamos privando de una experiencia que puede resultar tan placentera como la nuestra.
Para un masaje sensual de nota, dibuja círculos concéntricos con los dedos y/o lamer ligeramente para después soplar sobre la piel humedecida. También puedes ayudarte de "armas de tortura" infalibles como una pluma, un cubito de hielo o un pincel.
5. Pies, para qué os quiero
Los expertos en Acupuntura y Shiatsu lo tienen bastante claro: los pies conectan en gran medida con nuestra energía sexual. Un claro ejemplo es el orgasmo femenino: cuando una mujer alcanza el clímax sus dedos se expanden en abanico y sus tobillos se arquean. Durante el masaje sensual, recomiendan ejercer presión en el talón y en el arco del puente para que esta energía fluya en sentido ascendente hasta la región pélvica y abdominal.
6. Periné: la llave mágica
Se llama así a la piel comprendida desde el final de los genitales hasta el ano. Su estimulación con caricias rotatorias y/o ascendentes-descendentes en los juegos preliminares potencia los niveles de deseo y excitación. Para que dicho masaje sea más gratificante aplica aceites afrodisiacos como el de Shunga o el lubricante Durex Play Calor. Y si quieres un extra de sensaciones y dispones de un dildo vibrador, sácale mayor rendimiento como masajeador de dicha zona.
Como ves, aquí te hemos mostrado algunos puntos estratégicos de nuestro cuerpo que pueden mejorar la experiencia sensorial durante sexo, pero te aseguramos que hay infinitos más, dependiendo de los gustos y peculiaridades de cada uno. ¿El secreto para descubrirlos? Ya lo sabes: explorar, palpar y sentir.
Fotos|Pixabay.com
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