Cómo fortalecer nuestra relación de pareja después del sexo: cinco cuidados para reforzar el vínculo

La forma en la que tú y tu pareja pasáis tiempo juntos después del sexo puede determinar tu satisfacción general tanto con la experiencia sexual como con la relación en general. Es decir, el sexo es mejor según sea el postsexo y además, aumenta el vínculo y la intimidad en pareja.

Ha sido la ciencia la que ha apuntado estos datos en un estudio de tres meses de duración publicado en Archives of Sexual Behavior. Los expertos afirman que las parejas que pasan más tiempo después del sexo realizando actividades en las que ambos disfrutan aumentan la intimidad entre ellas, algo que ya vimos que era factor clave para que una relación funcione.

Pero ahora la pregunta es cuáles son esos cuidados postsexo. No hablamos de que las personas con vagina hagan pis después de la penetración para evitar la cistitis. Hablamos de cuidados que fortalecen la relación y que no solo funcionan con parejas consolidadas, también en las relaciones de amigos con derechos, por ejemplo.

Gestos que fortalecerán vuestra relación de pareja

Abrazarse

Parece un gesto sin más, pero terminar de tener relaciones sexuales y abrazarse, es una forma de vincularse. Todo tiene que ver con la oxitocina que liberamos después de tener un orgasmo, que crea una sensación de cercanía.

Es más común de lo que parece necesitar un abrazo después del sexo. El psicólogo Daniel Kruger afirma que el tacto que en ese contexto no solo es beneficioso para afianzar la relación, también tiene beneficios físicos y mentales para ambos.

Expresar lo que sentimos y lo que nos ha gustado

Según este otro estudio sobre parejas, la expresión de pensamientos y sentimientos positivos hacia la pareja después del sexo conduce a una mayor satisfacción en la relación. Y no solo un “te quiero”, también comentar lo que nos ha gustado física y emocionalmente.

Acariciarnos

Siguiendo en la línea de abrazarse, acariciarse tras el sexo es otro imprescindible. Un beso en la espalda, una caricia en el brazo, juntas las manos. Sin exigencias de ningún tipo y solo con la intención de sentir la piel de la persona con la que acabamos de compartir tanta intimidad.

Recuerda que la oxitocina y la serotonina se segregan tras el orgasmo, y ambas inducen al sueño. Qué mejor final para un encuentro que acariciarse y dormirse juntos.

Sonreír

Según la psicóloga Gema Sánchez Cueva, “las neuronas espejo son uno de los descubrimientos accidentales más afortunados del mundo de la neurociencia”. Son aquellas que se activan cuando se ejecuta una acción y se observa en otra persona. Sonreímos porque otros sonríen. Los científicos creen que hay aproximadamente 1.000 neuronas espejo en cada milímetro cúbico de nuestro cerebro.

Deducir lo que los demás piensan o sienten es posible gracias a su activación y están directamente relacionadas con la empatía. Esa sonrisa en nuestra pareja nos ayuda a saber que el encuentro ha sido placentero y si sonreímos nosotros, le mandamos el mismo mensaje. Nos ayuda a comprender y saber que existe bienestar sin siquiera decir una palabra.

Mirarnos intensamente

Tal y como explica Psychology Today, cuando dos personas se miran a los ojos durante más de un minuto, desarrollan una confianza más profunda, más intimidad y aumentan los niveles de atracción mutua. De hecho las evidencias científicas sugieren que ese contacto visual prolongado estimula al sistema nervioso para que libere oxitocina y feniletilamina. Solo mirándonos.

Fotos | Masha S, Devon Divine, Kenny Eliason y Toa Heftiba en Unsplash

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