El sexting existe desde que existen los móviles. Incluso desde que existen las cartas. Cuando hablamos de sexting (acrónimo derivado del inglés “sex” y “texting”) lo hacemos contenido erótico o sexual en forma de fotos, mensajes, audios o incluso vídeos que nos mandamos con otra persona, normalmente con el móvil.
Puedes hacerlo a través de whatsapp, email, redes sociales o cualquier medio para comunicarte con otra persona. Hasta puedes practicarlo por carta. Son famosas por ejemplo las cartas eróticas entre James Joyce y su mujer Nora Barnacle a principios del siglo XX o las que se mandaban Anaïs Nin y Henry Miller, así que el sexting no es algo que se acabe de descubrir. Lo que sí ha hecho es ponerse de moda.
Cartas de amor a Nora Barnacle: 1 (Narrativa)
Fire: From "A Journal of Love": The Unexpurgated Diary of Anaïs Nin, 1934–1937 (English Edition)
Desde que empezó la pandemia es una práctica cada vez más habitual, igual que el cibersexo, por ejemplo. Las relaciones a distancia fueron más habituales que nunca, y esta práctica es una forma genial de mantener el deseo encendido.
Cultivar el deseo es una forma excelente de mejorar nuestro sexo, y practicar el sexting, es una buena forma de alimentar ese deseo. El doctor Mir Pizà, experto en terapia sexual individual y en pareja, ya nos explicó en este artículo que hasta es una propuesta que hacen en terapia a aquellas parejas con un bajo deseo sexual.
Es excitante y está al alcance de todos en cualquier momento y aunque no tiene por qué ser algo malo (nada en el sexo lo es si hay consentimiento de ambas partes), puede conlleva algún riesgo como la sextorsión, el grooming o ciberbullying, algo que ya se contempla como una agresión sexual online y que está penada.
Eso no significa que por hacer sexting la foto de tu desnudo o ese mensaje insinuante que le has mandado a tu pareja, vaya a terminar como portada en Pornhub. Lo primero que tienes que pensar es que compartir tu sexualidad con otra persona es siempre un acto de intimidad y confianza, y con el sexting ocurre exactamente igual.
Siete consejos para un sexting seguro
El sexting es una forma de vivir tu sexualidad solo que de forma virtual. Debe haber confianza en la otra persona y es imprescindible que en todo momento nos sintamos cómodos con lo que estamos haciendo. Ambos.
Valora si esa persona merece tu confianza y si está preparada para proteger tu privacidad e intimidad. Piensa que aunque el sexting está muy extendido nunca puede ser fiable al 100%. Una ex pareja que se quiere vengar o un ligue al que no le importa tu privacidad aunque te asegure que sí, puede filtrar esa imagen y que salga a la luz. Así que si las mandas, evita que salga tu rostro. Puedes jugar con el erotismo y huir de lo explícito para aumentar el deseo, por ejemplo. De la misma manera si tienes alguna marca personal o tatuaje con el que pudieran identificarte, trata de ocultarlo, taparlo o incluso borrarlo con alguna aplicación de edición de fotografías. Juega con las luces (mejor tenues) y hasta con el enfoque para que no se distinga bien y piensa que insinuar es muy sexy.
No necesitas que tu voz suene como si estuvieras dando una clase magistral. Si mandas audio o vídeo, trata de mostrar una voz que no pueda reconocerse fácilmente. Silencios, susurros, gemidos… incluso música.
Algo importante: si no quieres mandarlo, no lo hagas. La decisión de mandarlo o no tiene que tomarse sin presiones ni amenazas. Además, en el caso de que se produzca sextorsión después de haber enviado cualquier cosa, denuncia.
Apuesta por mensajes con fecha de caducidad. Por ejemplo en Instagram tenemos la posibilidad de mandar una imagen o vídeo que permite verse una única vez y luego desaparece.
Si puedes, usa aplicaciones de mensajería que cuiden de tu privacidad, como Telegram, por ejemplo. Otra opción es usar aplicaciones como Satisfyer Connect (aplicación que tienen los nuevos juguetes sexuales de Satisfyer) y que permite usar un chat encriptado. En él los mensajes solo pueden mandarse si ambas partes están explícitamente de acuerdo en cada ocasión y además, cada usuario puede eliminar de forma automática todos los mensajes del chat.
Cuando acabe el momentazo, bórralo y pide a la otra persona que lo borre también. Podéis establecer normas antes de empezar como la de que no se quedará en el móvil nada de lo mandado. Borra el historial, las fotos y los mensajes. De esta forma si alguien coge tu móvil (o lo pierdes), no encontrarán nada en él. Y recuerda vaciar la papelera si te has hecho fotos y vídeos, que pueden quedarse en la carpeta de eliminados.
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Fotos | Inside Amy Schumer - Sexting, Akram Huseyn, Laura Chouette en Unsplash
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