Caminar es una de las opciones más saludables a la hora de hacer ejercicio para los mayores de 50 años, y es que, este hábito puede ser decisivo para sumar años de vida y mejorar la salud en general. Caminar nos ayuda a mantener fuertes los huesos, a tener una mayor flexibilidad, conservar un peso saludable y mejorar la salud cardiovascular. Por ello, dar largos paseos puede convertirse en una de las actividades más efectivas en edades avanzadas, pero esto no es algo que diga yo, sino que hay varios estudios que así lo recomiendan, por ejemplo, en este se comparte que caminar a diario puede prevenir enfermedades crónicas como la diabetes tipo II, o también cabe destacar las directrices de la OMS la cual advierte que, al menos, se debe realizar actividades moderadas de 150 a 300 minutos a la semana, aconsejando caminar como una de ellas, sobre todo, en personas mayores.
Desde el Ministerio de Sanidad también se fomenta un envejecimiento activo, y concretamente, hace referencia a la actividad de caminar como actividad física recomendada para la población adulta, y lanzan el siguiente mensaje: "Lo que produce beneficios en tu salud es practicar actividad física regularmente, es decir, distribuirla a lo largo de toda la semana. Por ejemplo, 30 minutos de actividad moderada cinco o más veces a la semana y cuantos más días mejor", entre otros consejos. Y para los mayores de 65 años, específicamente, dicen: "apostar por actividades que mejoren el equilibrio y el fortalecimiento muscular progresivo adaptado a las condiciones de la persona".
Beneficios físicos de caminar
Según la ciencia ha investigado, actividades cíclicas como aquellas "aeróbicas cíclicas (carrera, natación, ciclismo o caminar) de moderada a baja intensidad", pueden "incidir de forma positiva sobre las personas mayores a nivel físico y psico-sociales", y algunos de los beneficios que aporta caminar a nuestra salud, sobre todo en edades avanzadas son:
- Disminuye la incidencia de todas las enfermedades cardiovasculares.
- Reduce el riesgo de síndrome metabólico.
- Desciende la incidencia de obesidad y diabetes tipo II.
- Disminuye la pérdida mineral ósea.
- Previene el riesgo de fracturas.
- Favorece el fortalecimiento muscular mejorando la funcionalidad física del individuo.
- Disminuye el riego de caídas.
- Refuerza el sistema inmune.
- Reduce la incidencia de algunos tipos de cáncer (especialmente los de mama, colon y páncreas) y mejora la recuperación física y emocional tras la superación del mismo.
- Desciende el dolor musculoesquelético asociado al envejecimiento.
- Protege frente la osteoartritis.
- Incrementa la funcionalidad física favoreciendo una mejora de la autoeficacia y autoestima.
- Disminuye la prevalencia de depresión, ansiedad y otras enfermedades mentales.
- Favorece la cohesión e integración social.
Beneficios psicológicos de caminar
Pero, además, la ciencia también ha revelado cómo incide la actividad física (como caminar) en nuestra mente, y es que "los cambios en los estados de ansiedad, depresión e irritabilidad tras el ejercicio son explicados frecuentemente por las hipótesis de la segregación de endorfinas y monoaminas. Sin embargo, la práctica de ejercicio también incrementa la temperatura corporal y la circulación de la sangre al cerebro, que afectaría positivamente sobre la respuesta fisiológica al estrés por parte del eje hipotálamo-pituitaria-adrenal”. Además, según dicen en el mismo estudio "los beneficios psicosociales del ejercicio adquieren especial protagonismo, combatiendo el aislamiento, la depresión y la ansiedad y favoreciendo la autoestima y cohesión social".
Pero, a todo esto hay que sumar los beneficios que caminar también aporta a nuestro cerebro, ya que "conserva e incrementa la función cognitiva. Y protege frente al riesgo de desarrollar demencia o Alzheimer”. Este otro estudio indica que "para poder contrarrestar las presiones de la vida cotidiana y vencer el estrés, la medicina moderna recomienda tratamiento psicofísco, es decir, hacer de forma consciente ejercicio que nos permitan una actividad positiva y segura".
Pero es que, además, si caminas en entornos naturales puede traerte también muchas ventajas ya que realzar esta actividad, o cualquier otro ejercicio físico, en este tipo de ambientes, "se asocia a un aumento de las emociones positivas y del afecto positivo, disminución del afecto negativo y de respuestas fisiológicas relacionadas con el estrés, mayor atención, energía, satisfacción y compromiso e intención de ejercicio futuro", tal y como se observó en este estudio.
Foto | Kushagra Sahu de Pexels
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