Hay palabras en otros idiomas que describen sentimientos, sensaciones o situaciones tan especiales que querríamos que existieran en todas las lenguas del mundo. Nos pasó por ejemplo con el hygge, procedente del danés y hace referencia a una actitud o una manera de enfrentarnos a la vida, que nos evoca esa felicidad que se encuentra en los pequeños planes y que hace unos años se puso muy de moda.
Lo mismo ocurre con la palabra que me tatué hace algo más de un año junto con nakama, un amigo tan íntimo que consideras familia. La otra palabra que tengo grabada en la piel es meraki, una filosofía o actitud vital que podemos aplicar en el trabajo para intentar ser más felices.
Qué significa la palabra meraki
La palabra meraki proviene del griego, y a su vez, del turco merak, y aunque no tiene una traducción literal, significa hacer algo con amor y con pasión. Entregarnos a lo que hacemos poniendo todo de nosotros hasta que nuestra esencia lo cubra por completo.
Podríamos pensar que es una actitud o una filosofía aplicable a tareas creativas, pero lo cierto es que podemos poner meraki en cada acción que realizamos en nuestra vida, hasta en las más pequeñas. Hacer esa receta de las abuelas puede ser la oportunidad de poner meraki en nuestra vida, pero también hay meraki en el cuidado de unos padres a su hijo, en el mimo con el que regamos las plantas en casa, y por qué no, en el trabajo.
Para entender el meraki debemos pensar que, al entregarnos a esa actividad, pasamos de la ocupación a la pasión y eso se puede aplicar a cualquier trabajo, sea el que sea.
Es cierto que si tu trabajo es tu vocación, el meraki te saldrá sin darte ni cuenta porque es más fácil poner pasión en algo que te gusta tanto que casi no sientes como trabajo. O a quienes se dedican al arte en cualquiera de sus formas, escritores, pintores, fotógrafos, ilustradores… porque para que la obra sea verdaderamente arte, necesitan que tenga algo suyo y volcarse en ella.
Aplicar el meraki en nuestro trabajo para ser más felices
El término meraki ha vuelto como una nueva cultura de trabajo que te invita a dar lo mejor de ti y beneficiarte de esa conexión, porque cuando sentimos que damos todo, nos sentimos irremediablemente felices. De hecho, según Marisa Salanova, Catedrática en Psicología Organizacional Positiva, a trabajar con pasión se le llama trabajar con engagement.
Este término se ha popularizado en las áreas de Recursos Humanos en los últimos años y hace referencia al compromiso emocional que un empleado tiene con su trabajo y su organización.
Si aplicamos el meraki o engagement en el trabajo y hacemos las cosas con mimo y dedicando toda nuestra atención en ello, aumentará nuestra sensación de estar haciendo algo trascendente y que va más allá de nuestro sueldo, que evidente es el motivo por el que trabajamos. Pero aunque cobremos por ello, ¿por qué no dar lo mejor de nosotros en el proceso? Es lo que persigue esta actitud vital de meraki.
La psicología positiva afirma que la pasión es contagiosa y que es capaz de transmitirse a quienes nos rodean. Pues en el entorno laboral sucede lo mismo. Si trabajamos en un proyecto en el que una de las personas (lo sepa o no), trabaja con meraki y aporta esa pasión a lo que hace, es probable que su entusiasmo y dedicación inspire a otros compañeros, les motive y se genere un ambiente positivo.
Aunque ojo, como todo en la vida, aplicar el meraki será más fácil si el contexto es más favorable. Evidentemente si sufres burnout, la filosofía meraki y tú en el trabajo no os llevaréis bien. O si no estás a gusto en tu entorno laboral bien sea por el equipo con el que trabajas, por el trabajo en sí, por la empresa o porque ese contrato psicológico que todos necesitamos ni existe.
Cómo podemos intentar aplicar el meraki en el trabajo
No pienses que es comprar una taza de Mr.Wonderful con una de esas frases motivadoras con las que parece que conseguirás todo. Lo primero que deberíamos hacer si nos interesa aplicar el meraki en nuestro trabajo, es descubrir nuestro propósito y analizar qué aspectos de nuestro trabajo nos apasionan más. Cuando los localicemos, piensa en cómo contribuyen a un propósito mayor, más grande. Identificar cómo impactamos positivamente en la sociedad con lo que hacemos, nos ayuda a sentirnos más motivados en el trabajo.
La empresa juega un papel vital en todo esto, porque para sentirnos comprometidos con una empresa, debemos sentir que la empresa también se siente comprometida con nosotros, que valora nuestro trabajo y el esfuerzo que ponemos en él, que se preocupa por nuestro bienestar por ejemplo con medidas de conciliación familiar, respetando nuestro descanso, haciéndonos sentir que nuestra opinión importa o teniendo un sueldo justo.
Si lamentablemente no puedes aplicar el meraki a tu trabajo, siempre puedes aplicarlo a tu vida personal, a ese hobbie que tanto te gusta y con el que puedes dejarte la piel, el alma y el corazón.
Fotos | Brooke Cagle, Quan Nguyen, Roman Bozhko, Redd F, Jason Goodman y CoWomen en Unsplash
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