Empezaré diciéndote una realidad que muchos ocultan: para convertirse en millonario hay que tener suerte. Los millonarios no tienen más talento que el resto. No son más trabajadores que tú ni tienen habilidades ocultas. Según el MIT y un puñado de empresarios con éxito, el secreto es la suerte.
El éxito no se distribuye uniforme. De hecho, su distribución sigue la llamada curva de ley potencial que afirma que un pequeño número de personas termina con la mayoría del dinero o de cualquier otro indicador de éxito material. Aceptar que el éxito a esa escala está, en gran medida, más allá del control de cualquier individuo es el primer paso. Pero sí podemos hacer cosas que contribuyan a ese ansiado éxito.
La gente exitosa comparte tres hábitos que aunque no afectan a la suerte en sí, sí te aproximan al éxito. Éxito que les ha hecho billonarios a ellos. Mientras esperamos que la suerte nos llegue, podemos implementar estos tres hábitos en nuestro día a día que están avalados por la ciencia.
La lectura
Bill Gates sigue la regla de las cinco horas y se asegura de, semanalmente, invertir al menos cinco horas en aprender algo nuevo. Lo que sea. Para ello, lee. Mucho. Y este hábito, el de la lectura, no es exclusivo de Gates. Es algo constante en todas las personas exitosas.
Warren Buffett, Richard Branson, Barack Obama o Elon Musk han confirmado que leen muchísimo. Mark Cuban afirmaba en una ronda de preguntas de Wired que leer es vital si perseguimos el éxito, y la ciencia reafirma su teoría: los lectores habituales no sólo obtienen mejores resultados académicos, también son más felices, más sanos y emocionalmente más inteligentes. La lectura incluso reconfigura tu cerebro. Según un artículo del profesor de Harvard Joseph Henrich, te ayuda a concentrarte y a captar información compleja.
La curiosidad
No es casualidad que las personas más inteligentes compartan el rasgo de la curiosidad. Está directamente relacionada con el hábito de la lectura, pero puede cultivarse sin necesidad de leer. Según afirmaba Cuban en el vídeo del que te hablábamos antes, la curiosidad es otro hábito mental que debes cultivar si quieres un gran éxito. "La mierda cambia. Siempre debes tener curiosidad. Tienes que saber qué pasa. Tienes que estar al tanto", aseguraba.
Como señala esta publicación del Greater Good Science Center de la Universidad de Berkeley, la curiosidad nos ayuda a tener éxito. Este se debe a que conduce a un mayor disfrute en el colegio, más participación y un mayor rendimiento académico, así como a un mayor aprendizaje, compromiso y rendimiento en el trabajo Además, las investigaciones han demostrado que la curiosidad está asociada con niveles más altos de emociones positivas, niveles más bajos de ansiedad, más satisfacción con la vida y mayor bienestar psicológico.
La agilidad
Un proyecto de investigación de McKinsey concluyó que la agilidad da como resultado un cambio radical en el desempeño y hace posible superar a las organizaciones que nacen ágiles. Y es que está bien aprender mucho, pero necesitamos también poner en práctica de forma ágil lo aprendido para no quedarnos atrás. Es necesario saber adaptarte rápidamente.
Para despertar nuestra mente y hacerla más ágil, podemos unir los dos rasgos anteriores de la curiosidad y la lectura, o hacer ejercicios que nos ayuden a mejorar nuestro rendimiento cognitivo como puede ser resolver adivinanzas para adultos, jugar a juegos de mesa o aprender un nuevo idioma con el que despertar zonas de nuestro cerebro.
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