Sorprendentemente barroca y festiva ha sido la colección que Giorgio Armani ha presentado en Milán para el próximo otoño-invierno. Ni un traje pantalón en color piedra con el que presentarse sencilla y a la par elegante en una reunión de trabajo. El milanés ha dado un giro de 180º al estilo que le ha hecho famoso y opta por trajes de chaqueta dignos de un besamanos real y recargados vestidos cóctel y de noche.
La riqueza de tejidos y la variedad de colores, entre los que incluso está el fucsia ha dejado a todos con la boca abierta. La edición online de Vogue Italia habla de chic parisino, en la británica hay sorpresa, en el Vogue USA dejan caer la temporada “pre-Oscars” como justificación para este radical cambio, y desde el Internacional Herald Tribune, Suzy Menkes, que no tiene pelos en la lengua, deja claro que no le gusta y no entiende la razón por la que Armani abandona a la mujer trabajadora y feminista para la que había diseñado hasta ahora, y se rinde ante las celebrities y la alfombra roja. El diseñador justificó el cambio en el backstage diciendo “Es lo que la mujer quiere, ir cada vez más y más vestida”.
No estoy muy de acuerdo con eso, y no tengo claro que su fiel clientela opine lo mismo que el bronceado diseñador, que sí parece haber apostado, incluso personalmente, por esta idea. Ya que, en vez de salir a saludar con su clásica camiseta, apareció con traje y corbata.
Por otro lado tampoco me han gustado mucho los diseños, claramente inspirados en el Hollywood de los años cuarenta. Me parece excesivamente recargado. Si hubiera apostado más por trajes o diseños parecidos a los de la foto de la izquierda de más arriba, más cercano a su paleta de color y estilo habitual, en vez de por complicados vestidos con estola de piel incluida el resultado hubiera sido más elegante.
La verdad es que yo no veo el chic parisino por ninguna parte, salvo en los vestidos con estampado floral de la foto de la derecha de las de más arriba, que sí que tiene es encanto afrancesado. Incluido el bolero de astracán.
En realidad su colección parece estar más cerca de la Alta Costura que del prêt-à-porter, tanto por los tejidos y bordados, como por el planteamiento de la colección en sí misma. Es más, creo que si hubiera presentado algo parecido a esto hace unas semanas en los desfiles de Haute Couture de París las críticas hubieran sido mucho más favorables, ya que se hubiera alejado de esa frialdad, que se le echó en cara, tan impropia de la Alta Costura. Más incomprensible es todavía cómo teniendo línea de Alta Costura, Armani Privé, presenta en el prêt-à-porter esta colección tan recargada y de gala.
Es en los diseños de noche donde sale más airoso. Y eso que no llegan a resultar tan estilosos como los que solía presentar hasta ahora. Me han gustado mucho los vestidos negro con cristales, en el mismo estilo que el que llevó Alicia Keys a la reciente ceremonia de entrega de los Grammy, perteneciente a su línea Armani Privé. También el juego de volúmenes es interesante, pero en general resulta repetitivo con su última colección de Alta Costura.
En cuanto a los complementos, la variedad no sólo se ha visto en los trajes, sino también en zapatos y bolsos. Los primeros, se han visto tanto en piel como forrados en tela. A mí los que más me han gustado han sido estos beiges. En cuanto a las gafas, curiosamente el clásico estilo Armani permanece en ellas, y no cede a lo barroco. Los originales tocados son los mismos para el día y para la noche, variando sólo el color de la tela. Aunque la verdad pegan más para una ceremonia de día, como una boda, que para una fiesta nocturna. Y el maquillaje sigue la tendencia de este invierno al que sólo le queda un mes: rostro natural y todo el acento en los ojos.
Acorde con el estilo recargado que ha marcado el desfile, han sido muchas las joyas que acompañan la colección especialmente broches, no muy bonitos. Más elegantes me han parecido los anillos, y sobre todo este collar.
Vía | Style.com Sitio oficial | Camera Nazionale della Moda Italiana
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