A Rachel Bilson participar en The O.C. le ha dado mucha fama, no tanta como a su compañera Mischa Barton, pero bastante y a nivel mundial. Lo que no le ha traído es mucha suerte en lo profesional, ya que excepto The O.C y apariciones puntuales en alguna peli, no le llueven los proyectos precisamente. Supongo que es el peaje que muchos actores de series de ficción de gran éxito tienen que pagar. Que se lo pregunten a los chicos de "Seinfeld", "Friends", "Dawson crece" y "Sexo en Nueva York". Ni siquiera las últimas apariciones en la gran pantalla de Jennifer Aniston, Sarah Jessica Parker y Katie Holmes han conseguido que nos olvidemos de Rachel, Carrie y Joey. Claro que, en estos tres casos, ni el talento interpretativo de las actrices, ni los papeles que éstas eligen ayudan mucho.
Sí ha conseguido, además de fama, amor. Al menos hasta hace bien poco, ya que acaba de romper con Adam Brody, su pareja en The O.C., único nerd sexy en la historia de las series sobre adolescentes, y su novio durante 2 o 3 años. Con él ha formado una de las parejas más cool mientras ha durado su relación. Ahora Rachel Bilson vuela en solitario en el mundo de los iconos fashion, y lo hace sin perder su estilo, cuyo fuerte son los looks informales y los vestidos cóctel.
Creo que no se le conoce ninguna estilista de cabecera, así que tenemos que suponer que ella misma elige su ropa, y no lo hace nada mal. Salvo cuando se trata de elegir vestidos de noche largos, que es cuando de repente pierde el gusto, o se echa años encima. Claro que hay excepciones, como el cuarto vestido largo (fotos de abajo del todo) que llevo a la fiesta de Vanity Fair, tras la última ceremonia de los Oscars. Aún así, su fuerte son los vestidos cortos, menos volanderos y alegres que los de Mischa, con ellos consigue un look sexy y sofisticado de noche, y más desenfadado, sin dejar de ser estiloso, si el evento es de día o informal.
La clave de su éxito es el equilibrio: no es una fashionista, pero consigue parecer actual y a la última gracias a los complementos, como los bolsos con cadenas, y alguna prenda de tendencia, como los boleros de las fotos de arriba del todo. Además le gustan los toques vintange, muy de moda entre las celebrities desde hace unos años, pero siempre sin abusar. Esto y un maquillaje siempre favorecedor, mucho más que sus gestos al posar ante las cámaras, le dan un toque actual, joven nada adolescente, y muy cool.
Echando un vistazo a todas estas fotos puede verse que a Rachel le gustan mucho el gris, el azul marino y el negro, y que a veces arriesga con alguna prenda o complementos de color llamativo con la que contrastar. Le pierde el calzado: botas, zapatos, sandalias, le gustan todos. No suele llevar joyas, y si lleva alguna, deja que la que elige tenga todo el protagonismo: o sólo un collar, o sólo unos pendientes grandes, nada de conjuntos llamativos. Entre sus diseñadores favoritos está Marc Jacobs, no se pierde ni uno solo de sus desfiles, pero antes prefiere ser fiel a un estilo que a una marca.
Es evidente que Rachel Bilson no tiene la proyección de Kate Moss o Sienna Miller para crear tendencia, tampoco está la primera en la lista de las amantes de lo vintage como Helena Christensen o Kirsten Dunst, ni es de las que siempre lleva lo último de lo último como Keyra Knightley o su amiga Misha Barton. En realidad, ni siquiera ha creado una imagen únicamente asociable a ella. Pero tiene a su favor la coherencia en su estilo, dentro y fuera de la alfombra roja, no parecer un producto made in Hollywood, y el gusto para mezclar y conseguir un look actual y no excesivamente tendencioso. Rachel Bilson es la perfecta secundaria en la alfombra roja: su nombre no va a estar entre los primeros puestos de las listas de las mejor vestidas del 2006, en muchas de estas listas ni siquiera estará, pero no será porque no lo merezca.
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