Odio la lluvia. De verdad. Y es un odio profundo, casi maléfico. La lluvia es algo que no puedo soportar, me irrita y me pone enferma. Y ya que estamos con las confesiones, os diré que no hay nada que me siente peor que alguien que diga: “Pero ya va bien que llueva, nos hacía falta un poco de agua”.
En fin, con todo lo que os he contado, entenderéis que, en los días lluviosos, me equipe como si fuera a viajar a la luna. Sí, lo entendéis ahora que os lo explico pero, en la calle, me ponéis mala cara. Una cara que dice: “¿Dónde va esta con unas botas de agua?".
Bueno, eso es lo que pensabais antes. Ahora, todo ha cambiado. ¡Las botas de agua están de moda! Es lo bueno que tiene que algo se ponga de moda: de repente, hay una aceptación social de ese algo. Lo malo, es que todo el mundo lo lleva.
Esta temporada, hasta las revistas de moda regalan botas de agua. Bueno, que yo sepa, todavía no, pero todo se andará (quizás le he dado la idea alguna). Si regalan bolsos, pareos y sandalias, ¿por qué no botas de agua? Aunque, si no os queréis esperar a que os salgan gratis, basta con pasarse por un Zara o un Sfera y ahí encontraréis botas de cincuenta modelos: lisas, a cuadros, con estampados fantasía, de colos chillones...
Yo prefiero las clásicas y fantásticas botas Hunter, los “Manolo” de las botas de agua. Son las que llevan Kate Moss y Angelina Jolie en la foto de arriba.
¿Y vosotras qué, ya tenéis vuestras botas de agua para esta temporada?