Si en la colección de Alta Costura una gran chaqueta presidía el desfile, en esta ocasión otros de los grandes iconos de la maison francesa eran el centro de atención: el bolso 2.55 de Chanel, las perlas, las camelias, los lazos y los sombreros. Parece que así Karl Lagerfeld mostraba su intención de volver a los orígenes de la casa, siendo los míticos trajes de chaqueta, el tweed, y el binomio blanco-negro los protagonistas del desfile.
Sus clientes de toda la vida estarán contentas, se trata de una colección clásica, alejada de las excentricidades de barras y estrellas americanas y de moños de Amy Winehouse. Aun así, el diseñador germánico ha sabido adaptar los clásicos a los tiempos modernos y a las tendencias, ciñendo con cinturones las chaquetas, utilizando medias de fantasía, abombando las mangas, alargando y anchando las chaquetas y utilizando las transparencias.
Las dos minifaldas vaqueras desgastadas con maxijerseys también fueron un guiño a las nuevas generaciones de apasionadas de la marca, como las hermanas Olsen, atentas desde el front row a todos los diseños de Chanel.
En Trendencias | Chanel pre-otoño: Irina Lazareanu y Amy Winehouse, La puesta en escena del desfile de Alta Costura de Chanel
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