Cuando uno contempla la Capilla Sixtina lo mínimo que puede pasarle es quedarse boquiabierto ante la magnifisencia del trabajo del gran Miguel Ángel. No sólo la grandeza de Dios tendiéndole un dedo al hombre, sino el diseño, la forma y los colores que utilizó el artista para plasmar una de las más grandes obras de la Humanidad: la creación.
Toda esta belleza fue la inspiración del diseñador Elie Saab para crear una colección de haute couture cuyo principal adjetivo es "preciosa". Colores intensos con mucha personalidad que reflejan la paleta de la mayor obra del Renacimiento: rojos sangre, azules cobalto, marrones purpureos, grises acero, azul pastel, palo de rosa, arena, azul acero.
El color se combina con la textura para lograr una colección sumamente cuidada donde lo que se busca es fijar la mirada sin poder quitarla de los diseños. La tafeta y el shantug se mezclan con la sinuosidad de la organza, el encaje y el chifón para crear un efecto de fuerza y movimiento al tiempo que irradia sensualidad y belleza.
La mujer de Elie Saab es una mujer romántica que busca atraer las miradas con el modelo que lleva pero llenándolo con su propia luz. Volantes, plisados, cortes desestructurados y al biés, lo hay de todo. Como detalles chalinas flotantes al cuello o bordados del mismo color, algunos degradados atrevidos de marrón a turquesa pasando por el azul intenso, por ejemplo.
En cuanto a los modelos tenemos varias propuestas, desde la típica falda ampona circular, faldas de sirena y caídas más suaves, hasta cortos desestructurados, aplicaciones de flores o mariposas, fajines. Es como si Saab nos transportara en un viaje por diversas épocas, desde los diseños de columnas griegas con su suave caída, modelos amplios de época, cortes imperio, trajes cortos más de los años 60's y faldas amplias más cortas de los 50's.
No me extrañaría en lo más mínimo el ver cualquiera de estos diseños en las próximas alfombras rojas. Incluso la novia art decó es una elección acertada.
Vía | Style
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