Es tradición que los desfiles de Alta Costura cierren con vestidos de novia, o al menos, en tonos cándidos e inmaculados, será para ganar potenciales clientas visto que el resto de colección no está destinado principalmente a la venta sino a un lucimiento de lo menos beneficioso. El caso es muchas novias pudientes y en potencia se suelen decantar por vestidos de costura en color nupcial, es decir, blanco, o similares, en lugar de optar por el tradicional y muchas veces monótono vestido de ceremonia.
Visto el filón, diseñadores que suelen y no suelen hacer líneas de boda, incluyen en sus propuestas de alta gama gowns explícitamente casamenteros o que lo pudieran ser.
La pasada semana en la París se vieron varios modelos que bien podrían haber formado parte de una colección exclusiva para novias.
Entre aquellos que presentaron vestidos ex profeso, empezamos por Chanel. Muy en la línea de la colección presentada, Karl Lagerfeld ideaba para la maison de mademoiselle, una novia bastante retro pero con un toque futurista irreverente: el enorme e incomensurable velo a modo de capa con capucha pero en versión gigante.
Christian Lacroix, uno de los que tiene línea nupcial propia, que ya os mostré en el especial vintage, presenta en este caso a una novia de lo más barroca; muy a lo Kirsten Dunst en Marie Antoniette, pero en versión aún más recargada. Para incondicionales del género.
Jean Paul Gaultier, no menos fiel a su espíritu, imagina a una mujer enjaulada el día de su boda, el vestido, a base de bordados es precioso, y el velo, una virguería, carnavalesca, un tanto sádica (el casquete del que nace parece un instrumentode tortura), pero genial, eso sí, en teoría.
Ellie Saab sin embargo dibuja a una novia digna de las páginas centrales del New York Times; pomposa, churriguesquera y grandilocuente, en mi opinión, un despropósito. Me quedo con el resto de su colección.
Entre los que parece que no gustan de las novias pero cuyos vestidos podrían ser cien por cien nupciales, Anne Valérie Hash, que en las antípodas de Saab idea una mujer sencilla y natural. La última de sus propuestas presentadas en París, este gown palabra de honor en color champán se me antoja perfecto para la ocasión.
Lo mismo que cualquiera de las creaciones de John Galliano para Dior, no me digáis que no pasaríais por el altar con cualquiera de ellas...
Por último, si lo que os va es el preciosismo polichinela de Josep Font, este vestido es otra maravillosa opción.
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